Frente a las elecciones 2011


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Se ha cumplido uno de los primeros e importantes pasos en cuanto al proceso de las elecciones de este 2011. El padrón electoral se ha cerrado y con él, los más de 7 millones de guatemaltecos que estaremos aptos para emitir el sufragio, podremos acudir o no a las urnas el domingo 11 de septiembre. Si la tendencia de las últimas elecciones se mantiene, si las revelaciones de los datos proporcionados por los sondeos de opinión se conservan, entre 2.85 millones y casi 3.5 millones de ciudadanos NO acudirán a los centros de votación en la fecha indicada.

Walter Guillermo del Cid Ramí­rez
wdelcid@yahoo.com

 


Según publicó ayer el matutino Siglo Veintiuno, ocho de cada 10 guatemaltecos no apoyan que un partido repita en el ejercicio de la Presidencia. Situación que más o menos se reitera respecto de la elección de las autoridades locales. De una muestra de 85 candidatos en el 2007, 65 buscaron la reelección, pero únicamente 32 la alcanzaron. Aún es prematuro saber cuántas de las ahora 333 jurisdicciones municipales habrán de manifestar aspiraciones reeleccionistas. El poder local se alcanza desde la primera vuelta. De esa cuenta en muchos municipios la corporación municipal que se elige encara los desafí­os propios del resentimiento de las fuerzas que no resultaron electas. Además de una fiscalización tendenciosa del alcalde y sus allegados.

Si la proporción se mantiene en el Distrito Central o municipio de Guatemala, respecto del Padrón Nacional, en Guatemala habrá casi 950 mil electores. Si el voto duro del Partido Unionista se mantiene; si la tendencia del elector “más ilustrado” capitalino se conserva, ílvaro Arzú necesitará un poco más de 264 mil votos para alcanzar un tercer mandato. Pero probablemente sus más cercanos competidores lograrán colocar más integrantes en la Corporación Municipal y entonces los problemas de la gestión edilicia del hasta ahora patriarca capitalino podrí­an complicarse y al fin, a rendir cuentas. Y la misma dificultosa conformación podrí­a alcanzar para cualquier otro aspirante que resulte ganador del próximo 11 de septiembre, es decir con una mayorí­a relativa del unionismo obstruyendo la gestión que asuma el próximo 15 de enero de 2012.

La mayorí­a de alcaldes que buscan la reelección lo hacen cobijados bajo la sombra del que consideran el “virtual ganador”, este fenómeno electoral tiene implí­cita la necesidad de impedir la altisonancia de las crí­ticas y el de bloquear los errores de dicha administración. No es del todo cierto aquel aforismo que indica que “alcaldes ganadores hacen diputados ganadores y que alcaldes y diputados ganadores hacen presidentes”. Los resultados en muchos distritos apuntan a que es el presidenciable el que “jala” a diputados y también a los aspirantes a alcaldes. El sistema polí­tico es casi perverso en este sentido al hacer invisibles a muchos aspirantes. La invitación al llamado “voto cruzado” no ha permitido, como se argumenta por sus impulsores a un maduro ejercicio del poder polí­tico. Antes bien ha propiciado una prostitución del ejercicio de la polí­tica.

Los últimos estudios del comportamiento del elector en las propias urnas apuntan a un angustioso momento de incertidumbre. Los excesos de la propaganda polí­tica en tanto acentúan o fijan en la mente del potencial elector una idea, la imagen del futuro ganador, también implantan la duda y si esta es muy fuerte, tal energí­a termina por desencantarle y simplemente engrosa el ausentismo ese dí­a de las elecciones. El guatemalteco frente a las elecciones en general y a las elecciones del 2011 se habrá de comportar tanto o más emotivo que frente a un encuentro de fútbol, es decir en ese momento puede olvidar todas las derrotas acumuladas y sufridas y llegar sentirse por unos instantes el dueño de un futuro sin darse cuenta de cuán incierto pueda éste llegar a ser. Así­ las cosas con esta entrega recién iniciamos a analizar el misterio de la numerologí­a electoral que nos envuelve.