Frente a la multiplicación de malas cifras económicas, el gobierno español ha reconocido que las perspectivas económicas son claramente peores de lo esperado y ha preparado un inesperado plan de austeridad para los gastos del Estado.
El ministro de Economía, Pedro Solbes, declaró hoy a la televisión pública que el crecimiento será inferior al 2% en 2008 y que «para el año que viene, el crecimiento podría ser inferior al de este año».
Tras varios años de vigor, y una tasa del 3,8% en 2007, el crecimiento español está debilitándose seriamente. El gobierno ha revisado a la baja en estos últimos meses sus previsiones.
En diciembre, anunció un crecimiento del 3,1% en 2008. Poco después de las elecciones legislativas de marzo, Madrid revisó su pronóstico bajándolo al 2,3%.
Ayer, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a rebajar la cifra de crecimiento 2008 por debajo del 2%, y advirtió de que el sector público va a tener que apretarse el cinturón.
Anunció que el Estado va a ahorrar al menos 250 millones de sus gastos corrientes entre 2008 y 2009, especialmente reduciendo la creación de empleo público en un 70% en 2009 respecto a 2008.
El ministro de trabajo, Celestino Corbacho, también bajó la moral de los hogares este martes al afirmar que el desempleo va a aumentar más de los previsto.
«Para 2009, la tasa de desempleo estará más próxima al 11% que al 10%» previsto por el gobierno en abril, afirmó. En el primer trimestre de 2008, la tasa de paro era del 9,63%, subiendo tras haber tocado un fondo histórico en el verano de 2007 (7,95%, la tasa más baja desde 1978).
Hoy, uno de los principales sindicatos españoles, Comisiones Obreras (CCOO), consideró que Zapatero hace ahora «un análisis más realista de la mala situación económica».
El gobierno español, que se niega a usar la palabra «crisis», prefiriendo la expresión «ajuste brutal», se ha visto obligado a revisar sus cálculos al ver cómo todos los indicadores económicos empiezan a pasar al rojo, incluidos aquéllos que hasta hace poco eran el orgullo de Solbes, como el superávit presupuestario.
Hoy, el ministerio de Economía anunció que en los cinco primeros meses del año, el superávit ha caído un 71,6%, hasta los 3.186 millones de euros, debido a la «ralentización de la economía, principalmente en el sector inmobiliario», en el que el ministerio de Vivienda ha anunciado una caída del 31% interanual en las ventas de viviendas en el primer trimestre del año.
Tras los años del frenesí inmobiliario, de construcción a toda máquina y de alza de los precios, el sector inmobiliario español está frenando bruscamente, con duras consecuencias para el conjunto de la economía, especialmente debido al peso importante de los obreros de la construcción en la población activa.
Frente a esta multitud de malas cifras, castigados por la inflación más alta desde hace al menos 11 años (4,7% en mayo), inquietos frente al incremento de los tipos de interés en un país donde los préstamos inmobiliarios son en su mayoría a interés variable, los españoles salen de golpe de una década dorada y el malestar aumenta.
Desde hace más de cuatro meses, el paro y la situación económica son sus principales preocupaciones, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociólogicas (CIS).
Acusado de ver cómo se hunde el barco por la oposición conservadora (a pesar de un plan de relanzamiento de la economía de 18 mil millones de euros en dos años desvelado en abril), Zapatero ha tenido que aceptar una comparecencia excepcional la próxima semana en el Parlamento para explicar la situación económica.
Los europeos están cada vez más preocupados por la inflación y el riesgo de crisis económica y están divididos sobre la capacidad de la Unión Europea (UE) para protegerlos de los efectos negativos de la globalización, según un sondeo difundido hoy por la Unión Europea.
Las expectativas de los europeos sobre la economía y el empleo en la zona, están en niveles «históricamente bajos», según el Eurobarómetro, un estudio semestral efectuado entre el 25 de marzo y el 4 de mayo entre 30 mil ciudadanos de la Unión Europea.
La mayor parte de los interrogados piensan que la situación del empleo (39%) y de la economía (46%) se deteriorará en su país en los próximos 12 meses.
Según la Comisión Europea, el principal factor de ese pesimismo «es, al parecer, su preocupación frente al alza de precios y a la inflación».
«Por primera vez es el tema de preocupación más mencionado» (37%), en alza de 11 puntos porcentuales respecto del Eurobarómetro del otoño boreal de 2007 y 21 puntos respecto del sondeo del otoño boreal 2006.