Huelga general en España, gran manifestación europea en Bruselas y concentraciones en Portugal, Italia y Polonia: los sindicatos tratan de movilizar a una multitud mañana contra las medidas de austeridad adoptadas por los gobiernos de la UE desde que se inició la crisis de la deuda.
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) confía en congregar en Bruselas a 100 mil personas, procedentes de 30 países, para decir «No a la austeridad».
Se trataría de la mayor manifestación de este tipo desde diciembre de 2001, cuando la CES había reunido a 80 mil personas en la capital belga y sede de las instituciones europeas para pedir «una mayor Europa social».
Los sindicatos esperan enviar un fuerte mensaje a la Comisión Europea, que presenta el mismo miércoles sus planes para multar a los países de la Eurozona que no reduzcan su deuda rápidamente o que gasten demasiado, así como a los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) que se reunirán el jueves en Bruselas.
Desde la inicio de la crisis de la deuda, que sacudió al euro desde finales del año pasado y dejó en evidencia los problemas presupuestarios de Grecia y de otros países de la zona euro, la mayoría de los gobiernos europeos tratan de equilibrar sus cuentas aplicando medidas de ajuste y reformas impopulares como la de las jubilaciones.
«La austeridad está de moda. Está en todas partes», denunció el secretario general de la CES, John Monks.
«Casi todos nuestros gobiernos están iniciando recortes importantes en el gasto público. Lo hacen en un momento en el que la economía está rozando la recesión y, muy probablemente, caerá en recesión bajo el efecto de los recortes», advirtió el sindicalista.
En España, el jefe del gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, quien había hecho de su buena relación con los sindicatos una de sus principales bazas, afronta el miércoles su primera huelga general, mientras el país sale lentamente de la crisis y uno de cada cinco españoles activos está sin empleo.
Presionado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea para que reduzca el déficit público (11,2% del PIB en 2009), Zapatero ha tenido que hacer prueba de austeridad, mientras el desempleo se disparaba por encima del 20%.
Paso a paso, se ha visto obligado a bajar los salarios de los funcionarios, congelar las pensiones y poner fin a ayudas como el «cheque-bebé» para los nuevos padres o la ayuda a los desempleados de larga duración.
Pero los movimientos sociales afectan a varios países más, empezando por Francia donde ya tuvieron lugar dos días de huelga en septiembre contra la reforma del sistema de jubilaciones del presidente Nicolas Sarkozy. El sábado, nuevas manifestaciones están previstas en todo el país.
En Portugal, la primera organización sindical portuguesa, cercana al Partido Comunista, organizará el miércoles protestas en Lisboa y Porto (norte) y espera una mayor participación que el pasado 8 de julio, cuando 10.000 personas desfilaron por las calles de la capital.
En Polonia, las dos mayores centrales sindicales, Solidaridad y OPZZ, esperan «varios miles de personas» en una concentración que tendrá lugar ante la sede del gobierno.
Otras manifestaciones están convocadas en Irlanda, Italia y Letonia.