Frenesí municipal


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Hace unos años me decía un amigo muy político que en Guatemala no había un presidente sino que 332 presidentes de pequeñas parcelas. Cada alcalde era una especie de reyecito de su respectivo municipio. Por ese entonces se escuchaban muchas quejas por la mala atención y por amigos supe de la iniciativa de creación de El Rancho y San Cristóbal (en Guatemala). Poco se sabía de otras acciones. Por eso fue un poco sorpresivo que este mismo Congreso de la República, que pasó el 2013 casi hibernando de repente se despertara con la aprobación de varios nuevos municipios.

Luis Fernández Molina


En 1999 se formó en Alta Verapaz el nuevo municipio de La Tinta que se separó de Panzós; los argumentos principales se repiten en muchas otras iniciativas: difícil acceso a la entonces cabecera municipal, poca atención y tener una mayor actividad económica que aquella. Luego en 2005 se formó Unión Cantinil, que se separó de Chiantla, Huehuetenango. En el 2011 Las Cruces, en el Petén se convirtió en el municipio 334. De allí pasamos al presente 2014 que se crearon los municipios de: La Blanca (de Ocós, SM), San Jorge (de Zacapa), El Chal (de Dolores, Petén) y el número 338 que es La Máquina (de Cuyotenango, Suchitepéquez). Cabe señalar que algunos municipios ya declarados no tienen bien definidos sus límites territoriales como Raxruhá o Santa Catalina la Tinta, ambos en AV.

Muchos expedientes están en proceso avanzado: Boca del Monte y Ciudad Peronia (Guatemala), San Gabriel Pasaj (de San Miguel Chicaj, BV), Toquián Grande (de Tajumulco, SM), Sipacate (de La Gomera, Esc), Petatán (de Huista, Huehue), San Vicente Buenabaj  (seguro que muchos no sabían de la existencia de esta aldea de Momostenango), a los que se suman los citados San Cristóbal (Gua) y El Rancho (EP).

Conforme los artículos 26 al 28 del Código Municipal para la creación de un municipio se necesita la firma del el 10 % del número de vecinos y que éstos sean por lo menos 10,000; que el nuevo orden no afecte los recursos naturales y financieros del municipio matriz y que la futura organización tenga infraestructura física y social adecuada. Es entendido que las solicitudes de los ahora aprobados municipios sí llenaban esos requisitos, por lo mismo si las nuevas solicitudes llenan esos mismos requisitos la autoridad (Gobernación y Congreso) debe resolverles favorablemente.

Cabe destacar la satisfacción, a veces regocijo, de los vecinos cuando el Congreso declara el nuevo municipio. Por el contrario no se han escuchado voces que se opongan aunque muchos promotores han señalado que han tenido un camino difícil y que hasta recibieron amenazas de muerte. En todo caso los expedientes han durado años no tanto por la burocracia sino por alguna instrucción superior. Por lo mismo cabe preguntar ¿Cuál es el verdadero motivo para este rediseño del mapa administrativo de la República? Son varias las opiniones. Para muchos es saludable esta dinámica porque promueve la descentralización e impulsa una mayor participación ciudadana. Para otros fomenta los caudillismos, la atomización y el distanciamiento entre comunidades. En todo caso debe prestarse mucha atención a los aspectos técnicos y financieros, sobre todo éstos últimos. Es claro que al nuevo municipio le corresponde una asignación constitucional que habrá de tomarse del municipio matriz. Vale la pena recalcar que en todas las iniciativas destaca un marcado rechazo de las gestiones municipales; todos se quejan de la deficiencia en los servicios municipales y en la poca atención y hasta arrogancia de alcaldes.