Fraude alemán roza soberaní­a de Liechtenstein


El prí­ncipe de Liechtenstein deja la estación de Policí­a en Vaduz, en donde ofreció una conferencia de prensa sobre el fraude de Alemania.

El principado de Liechtenstein acusó hoy a Alemania de atentar contra su soberaní­a por haber comprado datos bancarios robados con el fin de localizar a contribuyentes alemanes que colocaron su dinero en este pequeño paí­s del centro de Europa para evitar pagar impuestos.


«Â¿Un Estado tiene derecho a agenciarse datos, violando las leyes de otro Estado amigo y probablemente también sus propias leyes?», se preguntó el prí­ncipe heredero y jefe de Estado Alois von und zu Liechtenstein, durante una rueda de prensa en Vaduz, la capital del principado.

El prí­ncipe denunció «la energí­a criminal de los investigadores del fisco alemán». «Vamos a ver el método que tenemos que seguir para proteger a nuestros ciudadanos y también a los inversores que confí­an en nosotros, frente a semejantes métodos de investigación», anunció.

«Somos un paí­s pequeño y queremos tener buenas relaciones con nuestros vecinos (…), pero somos también un Estado soberano», insistió, recordando que en la época actual «no prevalece el derecho del más fuerte, sino el derecho de los pueblos y los acuerdos internacionales».

El gobierno alemán confirmó ayer que sus servicios secretos (el BND) habí­an entregado entre cuatro y cinco millones de euros a un informante para conseguir datos robados de un banco del principado.

Este método, poco ortodoxo, también suscitó crí­ticas en Alemania.

«Con su ataque contra Liechtenstein, Alemania no resolverá sus problemas con los contribuyentes», continuó el prí­ncipe, insistiendo en que el «sistema fiscal alemán es el peor del mundo».

El escándalo ensució la imagen de paraí­so fiscal de Liechtenstein, que obtiene un 30% de su Producto Interior Bruto (PIB) del sector financiero.

«Visiblemente, el gobierno alemán no ha entendido todaví­a cómo hay que comportarse con un Estado amigo», lamentó el responsable.

El prí­ncipe tampoco descartó que esta revelación por parte de Alemania, ocurrida dí­as después de la visita a Berlí­n del jefe de gobierno de Liechtenstein, Otmar Hasler, haya sido un medio para presionar a su paí­s.

Ayer, la canciller Angela Merkel declaró a los periodistas que esperaba una mayor transparencia fiscal en Europa, sobre todo en Liechtenstein, «un paí­s que suscita todaví­a ciertas cuestiones».

La justicia del principado busca al informante que transmitió estos datos confidenciales, según el fiscal Robert Wallner, quien no descarta amplicar la investigación a los alemanes que hayan podido participar en la transacción.

«Lo que está claro es que Liechtenstein no suministra ninguna ayuda para el fraude fiscal o para disimular los crí­menes. Hay leyes claras que lo prohí­ben», declaró el responsable de la Federación de bancos del principado, Michael Lauber.

El banco LGT, primer grupo de Liechtenstein, afirmó el sábado que los documentos comprados por las autoridades alemanas a un informante habí­an sido robados en 2002.

El culpable fue detenido en la época y devolvió el disco que habí­a robado pero según parece, escondió una copia, explicó el ministro de Justicia de Liechtenstein, Klaus Tschutscher.

Estos datos bancarios permitieron a la justicia alemana lanzar una investigación sin precedentes que tendrí­a por blanco a un millar de ricos contribuyentes, sospechosos de haber escondido millones en este principado para escapar al fisco en su paí­s.

«Â¿Un Estado tiene derecho a agenciarse datos, violando las leyes de otro Estado amigo y probablemente también sus propias leyes?»

Alois von und zu Liechtenstein

Prí­ncipe heredero y jefe de Estado