Frases célebres UPSA sobre la clase polí­tica.


Edgar-Balsells

Este dí­a por la noche será presentada formalmente en el Auditorio de FLACSO, el nuevo número de la Revista Cuadernos de Sociologí­a, del Programa de Doctorado de la Pontificia Universidad de Salamanca. Veamos algunas frases interesantes entresacadas de los diversos artí­culos que versan sobre temas como: la adicción al poder, la corrupción, los cacicazgos, la desafección ciudadana y otros sí­ntomas de la problemática democrática en el medio:

Edgar Balsells

 


“La preferencia por los sistemas democráticos suele ser, en gran parte, una cuestión de relaciones públicas”.

“La democracia se ha convertido, a principios del siglo XXI, en sinónimo de elecciones periódicas a nivel local o nacional. Se postula que detrás de ellas hay un ejercicio de libre decisión. Se trata en realidad, de un proceso copado por el mercado, una venta de fantasí­as, una fachada retórica, una causa con buena prensa”.

“Las elecciones son un oneroso simulacro para forjar la fantasí­a de que cada ciudadano decide”.

“La adicción al poder parte de una necesidad focalizada en dominar e influenciar a un individuo o un grupo de individuos. Las razones profundas por las que una persona es adicta al poder se basan sobre todo en las necesidades que experimenta de llenar un vací­o existencial”.

“La adicción al poder llevará primeramente a una dificultad de ceder el poder al final de su perí­odo ya que la persona adicta por ser dependiente tratará de mantener su estilo de vida o de hacer imperativa su conducta”.

“El poder distrital y principalmente edilicio denota en estos momentos sendas fallas de transparencia, como producto de la colusión entre alianzas público-privadas, dominadas por intereses económicos diversos”.

“Las nuevas cúpulas emergentes han acumulado capital y riqueza a propósito de los programas y proyectos que se promueven con la fuente de financiamiento de dinero público”.

“Resulta evidente que si bien los movimientos sociales han logrado conquistas alrededor del Estado como arena de conflicto, una sociologí­a del poder local necesita sistematizar los vicios, desviaciones y patologí­as, que devienen precisamente de tales movimientos (…) a propósito de clientelismos, patrimonialismos, el caudillismo violento, las vendettas y la impunidad generalizada que se viene dando en esos grupos emergentes”.

“Autoritarismo de izquierdas, socialismo de derechas y un montón de fórmulas hí­bridas y hasta paradójicas, desde el punto de vista de la dicotomí­a (o continuidad) “derecha-izquierda”. Son exactamente las fórmulas que, pese a su diversidad y contradicción en muchos sentidos, pueden ser apuntadas bajo la denominación común de “movimientos nacional-populares”.

“Los caciques de nuestro sistema polí­tico padecen de incongruencia de estatus: se trata de aristócratas empobrecidos, comerciantes nuevos ricos que no son aun aceptados en los cí­rculos más elevados (…) los incongruentes cuando las rigideces sociales hacen que les resulte difí­cil volver a un equilibrio entre sus diversos signos de estatus, acumulan resentimientos y rumian nuevas ideas (…) representan un peligro para cualquier orden social estable”.

“Resulta fundamental reflexionar al igual que lo hací­a Ortega y Gasset en la España de su tiempo si una Reforma del Estado es lo necesario, o bien una Reforma de la Sociedad. Y nos preguntamos al igual que lo hizo el filósofo en su tiempo ¿Hasta qué hondura de estratos de la realidad tiene que calar la reforma?

“Y es que, tal y como lo señala Ortega: quien quiere variar los efectos, tiene que modificar las causas, otra cosa fuera magia”.