Franz Galich (1950-2007): Ad astra


El pasado 31 de enero de 2007 en horas de la noche, celebramos los ex alumnos salesianos los primeros 75 años del Colegio Salesiano «Don Bosco» en Guatemala. Como siempre, nos reconocemos con varios antiguos alumnos del colegio, como se dice hoy. Por otra parte, con motivo de tal acontecimiento, he estado hurgando en la revista colegial «Ecos del Don Bosco» de los años 1964, 1965 y 1966. Me ha interesado el tema de los escritores juveniles que incursionaron por primera vez en dicha revista, desde cortos cuentos y novelas hasta crónicas deportivas. Han ido apareciendo los primeros escritos de ex alumnos salesianos como Fernando González Davison, Dante Liano, Arturo Monterroso, Gustavo Palma Murga, Gustavo Velásquez, Gustavo Ponce Figueroa, José Francisco Porres Cuesta, Edgar Orellana ívalos y el suscrito; entre otros. Me llamó la atención no encontrar trabajos en la revista colegial de Franz Galich Mazariegos y Luis Tuchán, por ejemplo. A ambos los recuerdo como buenos jugadores de baloncesto en el equipo del establecimiento.

Eduardo Antonio Velásquez Carrera*

En el régimen anterior del colegio, existí­an los alumnos cuarto internos, que eran aquellos que se quedaban a almorzar en el comedor salesiano, toda vez que la jornada educativa diaria era de las 7:30 a las 12:00 horas y de las 14:45 a las 16:15 horas por la tarde. De tal manera, que tení­amos entre los cuarto internos a los amigos de Amatitlán comandados por los Soto Vásquez: Carlos y José Domingo, los Galich: Franz y sus hermanos, entre los que se incluí­a Alejandro Galich Mazariegos, nuestro compañero de aulas y otros ex compañeros que ahora olvido, por sus nombres y apellidos. Muchas veces fuimos, con los compañeros de la promoción XXIV a la que pertenezco, a la casa a la orilla del Lago de Amatitlán, en la parte del lago que está posteriormente al relleno, que perteneció a su padre, el Dr. Luis Fernando Galich López; quien entiendo era hermano del «Verbo de la Revolución», el talentoso Manuel Galich y que también fuera Alcalde de la ciudad de Guatemala, en el perí­odo 1959 a 1962. Es innecesario decir que gozamos de las «Delicias del lago» lato sensu y como se llamó, creo, algún restaurante pepesquero.

Con los años leí­ en la revista «Alero» de la Universidad de San Carlos, de grata recordación en los años 70´s del siglo pasado, algunos cuentos de Franz Galich, entre ellos «El Ratero» ya siendo estudiante de la Facultad de Humanidades, de entonces. Por alguna compilación de literatura guatemalteca que fuera del entonces estudiante José Fernando Velásquez Carrera, mi hermano mayor ya fallecido, en la Facultad de Derecho pude comprobar que entre los catedráticos de esa materia se contaban Edmundo Zea Ruano, Dante Liano y Franz Galich; entre otros. Al filo de cerrar pensum de estudios quien suscribe y con la llegada de la guerra y de la represión que sufriera nuestra tricentenaria universidad, supe que Franz Galich habí­a seguido el rumbo del exilio hacia Nicaragua; que ahora sabemos fuera definitivo.

Con los años fuimos leyendo su creciente obra y tuve la gratí­sima oportunidad de encontrarlo tres veces, dos de ellas en Managua, Nicaragua y la otra en nuestra querida Antigua. La primera de ellas en Managua, gracias a la poetisa nicaragí¼ense Vida Luz Meneses y la tercera gracias al común amigo, el famoso médico veterinario nica, Sergio Morazán. En todos esos encuentros tuvo algo que ver Edelberto Torres hijo; el famoso «Tití­o». Recuerdo que Vida Luz hizo lo posible para que nos viéramos y tuviéramos la oportunidad de encontrarnos, pudiendo rememorar algunos pasajes de nuestra vida colegial y universitaria y, claro de la amistad con su hermano Alejandro. Era Franz, gracias a Dios, de buen comer y de beber. Celebraba la vida y la amistad. Sus ojos azules permití­an ver al noble hombre que era y que fue. Era de buen corazón, humanista y humanitario y de mejor entendimiento. Las cuestiones polí­ticas de la vida de Guatemala eran siempre tema de conversación. Me contó lo difí­cil que le fue incorporarse a la vida cultural y universitaria de Nicaragua, recién llegado de la mala madre que expulsa a sus mejores hijos de su seno. En esa oportunidad lo dejamos en una bonita casa de un barrio popular de Managua.

La segunda oportunidad, que fuera consecuencia del primer encuentro, pudimos invitarlo a ser uno de los tres escritores guatemaltecos que le dieran conocimiento y lustre a las noches culturales del XXIII CONGRESO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGíA de la Asociación Latinoamericana de Sociologí­a (ALAS) que organizara la Universidad de San Carlos de Guatemala en la Antigua Guatemala, del 28 de octubre al 2 de noviembre de 2001. Además, de Franz Galich, residente en Nicaragua, nos acompañaron en aquella memorable ocasión los escritores guatemaltecos Dante Liano, residente en Italia, y José «Pepe» Mejí­a, residente en Parí­s, Francia. Una noche cenamos todos en la Casa Santo Domingo, en el otrora suntuoso convento colonial dominico, juntamente con el querido sociólogo brasileño Dr. Octavio Ianni, y el distinguidí­simo guatemalteco residente en México, Lic. don Ernesto Capuano del Vecchio. Con esos comensales la noche fue memorable y extraordinaria.

La tercera oportunidad nos encontramos en el restaurante italiano «La Trattoria», que la laboriosidad de Sergio Morazán implantó en su sitio de la salida de la carretera Sur, que de Managua conduce a Costa Rica. En aquella ocasión cenamos con su esposa Orieta y conversamos largo y tendido sobre cosas de Guatemala pero especialmente sobre las memorias del coronel Francisco Morazán, G-2 de Arbenz y padre del dueño de la casa. Le pude entregar en sus manos, la compilación que realicé sobre la Revolución de Octubre y supe por Sergio que habí­a visto la presentación audiovisual que realizara sobre el «Coronel de la Primavera», titulado «El ojo zarco de Jacobo Arbenz Guzmán». Nos acompañaron varias escritoras nicaragí¼enses, amigas de Vida Luz y el hermano de Carlos Mejí­a Godoy que es pintor. Fue una velada animada, en la que hubo recital de versos de los presentes. Declamé, para no quedarme rebasado por las circunstancias, «A ti Karen» de Otto René Castillo, que hizo brotar en Franz la nostalgia por Guatemala.

Al dí­a siguiente fuimos invitados por Sergio Morazán y Vida Luz para almorzar en Granada. Por ello, pasamos a recogerlos a su casa, que ahora era una casa moderna en medio de un jardí­n tropical paradisí­aco, como eran antes las casas y los jardines de Amatitlán. En Granada, al ser reconocidos los escritores nicaragí¼enses y guatemaltecos fuimos invitados a tomarnos una copa en la casa de uno de los muchos poetas granadinos y posteriormente pasamos comiendo en el propio Parque el vigoroso y famoso «Vigorón». A la vera del Cocibolca, el enorme lago de Nicaragua, vi la saudade de Franz Galich por el lago de Amatitlán de su infancia. Al final de la tarde nos despedimos, con afecto y alegrí­a, sin saber que serí­a la última vez. Mucho lamenté no haber podido asistir a la presentación de su último libro en la ciudad de Guatemala, en medio del famoso bar «El Portalito» en el corazón del Centro Histórico, por causa de las responsabilidades del Decanato en la Facultad de Ciencias Económicas.

El domingo, 4 de febrero de 2007, a los 31 años del terremoto «de los pobres» que nos sacudiera implacable en 1976, me conmocionó al leer la noticia del fallecimiento de nuestro querido Franz; que anuncia una nota en elPeriódico. Hace tres lustros el ejemplar estudiante universitario se labraba en los claustros de Humanidades. Ahora, no nos queda más que divulgar y leer su obra literaria. Sus libros de cuentos «Ficcionario Inédito» (Ciudad de Guatemala: Editorial Rin, 1979) y «La Princesa de Onix y otros relatos» (Ciudad de Guatemala: Editorial Impacto, 1989) y las novelas «Huracán corazón del cielo» (Managua: Signo Editores, 1995), Managua Salsa City (Devórame otras vez); que fuera ganadora del Certamen Centroamericano de Literatura «Rogelio Sinán» del 2000 y además, la novela aparecida en 2006 «Y te diré quien eres (Mariposa traicionera)». Ayer, el mayor de los Galich, de nuestro tiempo, se envereda desde los lagos de Nicaragua hacia los astros.

* Economista y Doctor en Sociologí­a. Coordinador del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).