«Frankenweenie», la nueva cinta de Tim Burton, es la más reciente resurrección en Hollywood de la animación en stop motion, un estilo centenario que sigue trepando la gran pantalla en una era de superéxitos generados por computadora.
Es un concepto simple: los objetos inanimados se mueven infinitesimalmente y son fotografiados un cuadro a la vez para crear una ilusión de movimiento. Pero con los elaborados escenarios en miniatura y títeres cuyas entrañas son mecanismos complicados para crear movimiento y expresión, es un proceso minucioso que requiere docenas de equipos de animadores y años de trabajo.
El resultado es algo que parece una caricatura suelta y grumosa de la realidad, pero que a la vez puede sentirse más concreta y genuina que su bien prima animada por computadora.
«Es una forma más pura, la animación en stop motion», dijo Burton. «Uno trata de aplicarla a la historia adecuada y ésta, sólo porque se está reanimando algo, simplemente va bien con la idea».
Una versión de largometraje inspirada en un corto de Burton de 1984 en el que actuaron actores reales, «Frankenweenie» cuenta la historia de un niño genio que al estilo de Frankenstein trae a su amado perro de vuelta a la vida tras un accidente automovilístico. Burton expandió la historia para incluir una colección de monstruos resucitados, como una rata, un hamster momia y una tortuga gigante tipo Godzilla.
Hollywood puede pasar años sin ofrecer una película en stop motion, y entonces presentarlas a raudales. «Frankenweenie» es la tercera de este año, después de «ParaNorman», de los creadores del relato en stop motion de 2009 «Coraline», y «The Pirates! Band of Misfits» («¡Piratas! Una loca aventura»), de Aardman Animations, la compañía británica detrás de «Wallace & Gromit in the Curse of the Were-Rabbit» («Wallace y Gromit – La batalla de los vegetales») de 2005, la única película creada con stop motion que ha ganado un Oscar a la mejor cinta animada.
«Wallace & Gromit» salió el mismo año que la cinta de Burton «Corpse Bride» («El cadáver de la novia»), su segunda en stop motion luego que el realizador reanimó el formato en 1993 con «The Nightmare Before Christmas» («El extraño mundo de Jack»).
La sensibilidad macabra de Burton, con sus fantasmas, duendes y criaturas del más allá, suelen encajar bien con el estilo anticuado del stop motion. Junto con «Coraline», «ParaNorman» y «Curse of the Were-Rabbit», la próxima comedia en stop motion «Hell & Back» también tiene un tema místico.
«El stop motion siempre ha tenido su lado macabro, y creo que se remonta a su tradición como medio. Si te fijas en la gente que realmente lo impulsó en sus inicios en cortometrajes, estaban animando huesos y pollos muertos, Dios sabe qué más», dijo Chris Butler, quien trabajó en «Corpse Bride» y «Coraline» y escribió y codirigió «ParaNorman».
«Entonces hay que regresar a ‘Nightmare Before Christmas’. Eso marcó una pauta, creo, para todo esto».
Al igual que «Frankenweenie», «ParaNorman» es una historia sobre revivir muertos centrada en un niño inadaptado cuya habilidad para hablar con fantasmas lo convierte en un héroe improbable cuando su pueblo es asediado por zombis que salen de sus tumbas.
Los animadores de stop motion han creado magia fantasmal desde los inicios del cine, en cortos como » El hotel embrujado» de 1907, en la que manos invisibles preparan una cena.
En películas filmadas con actores se ha usado stop motion para crear dinosaurios, en la aventura muda «The Lost World» («El mundo perdido»); un enorme simio en la cinta original de «King Kong» y esqueletos luchadores y demás en filmes del maestro de los efectos especiales Ray Harryhausen. James Cameron usó stop motion para animar el escalofriante esqueleto metálico de su máquina asesina en «Terminator» luego que al personaje interpretado por Arnold Schwarzenegger perdiera su piel en un fuego.
El stop motion también ha servido para animar historias más alegres, incluyendo favoritos de la televisión estadounidense como «Gumby», «Davey and Goliath» y «Rudolph, el reno de la nariz roja».
Mientras la animación bidimensional dibujada a mano que una vez lideró el mundo de las caricaturas ha desaparecido mayormente de la pantalla grande, los títeres y miniescenarios animados con stop motion siguen siendo naturales en el cine digital en 3-D de hoy.
«Es un tipo detrás de una cortina negra, moviendo un títere un fotograma a la vez. En realidad no ha cambiado en cien años», dijo la productora de «Frankenweenie» Allison Abbate. «(Pero) se siente como un trabajo de amor y eso puede apreciarse en la pantalla».