Francia retiró hoy a su embajador en Damasco cuando el presidente sirio Bashar Assad está cada vez más presionado tanto en el país como el extranjero, como atestigua el ataque de desertores del Ejército en el que murieron 8 soldados.
El embajador francés Eric Chevallier fue llamado a consultas tras los recientes ataques a legaciones diplomáticas y el aumento de la violencia debido a los 8 meses de levantamiento popular en Siria.
Manifestantes partidarios del régimen asaltaron las sedes diplomáticas de Francia, Estados Unidos y otros países que han criticado insistentemente al gobierno sirio. Las fuerzas sirias lanzaron el miércoles gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes concentrados frente a las embajadas de Catar y los Emiratos írabes Unidos en Damasco.
El canciller francés Alain Juppe dijo que «se están apretando los tornillos».
«Estoy convencido de que el pueblo sirio continuará su lucha, y Francia continuará haciendo todo lo posible para ayudar», agregó en la cámara baja del parlamento.
La medida fue aprobada mientras la Liga írabe se encuentra reunida en Marruecos, donde los 22 miembros del grupos suspenderán oficialmente la membresía de Siria debido a la cruenta represión.
Francia, antigua potencia colonial de Siria, ha criticado en las últimas semanas al régimen de Assad, a quien ha pedido que renuncie, además de recibir a personalidades de la oposición. La vocera del gobierno francés Valerie Pecresse dijo que París trabaja con la oposición siria «para intentar desarrollar una alternativa política» al régimen de Assad.
El mandatario, que heredó el poder hace 11 años de su padre, encara un creciente desafío a su gobierno.
Los desertores del Ejército sirio atacaron el miércoles bases militares y de inteligencia cerca de la capital y un puesto de control, muriendo 8 soldados y agentes de seguridad.
Aunque los activistas dicen que los manifestantes antigubernamentales han mantenido una posición pacífica en gran medida, en los últimos meses se ha desarrollado una insurgencia armada que ha tenido como blanco a las fuerzas militares y de seguridad del presidente Bashar Assad.
El ataque más letal del miércoles se produjo en la provincia central de Hama, donde desertores del Ejército mataron al menos a ocho soldados y agentes de las fuerzas de seguridad en un puesto de control en la aldea de Kfar Zeita, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
El Ejército Libre de Siria informó en un comunicado que su principal ataque antes del amanecer fue contra un complejo operado por la Inteligencia de la Fuerza Aérea en Harasta, un suburbio de Damasco. Los desertores también golpearon retenes militares en Duma, Qabun, Arabin y Saqba, todos suburbios de la capital.
Los ataques del miércoles no pudieron ser confirmados en forma independiente, y el Ejército Libre de Siria no dio a conocer detalles sobre los combates ni indicó si había muertos.