Francia asume presidencia de la UE


La Torre Eiffel, icono de Parí­s, luce iluminada desde anoche con los colores de la Unión Europea, como parte de las celebraciones por el inicio de la presidencia del bloque.

Francia asumió hoy la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) en medio de los interrogantes que plantea el rechazo irlandés al tratado de Lisboa y, a consecuencia de éste, las vacilaciones de Polonia y de la República Checa.


A medianoche, Eslovenia pasó el mando y el evento fue celebrado bajo el sí­mbolo de la unidad, con la torre Eiffel iluminada de azul y con las doce estrellas de la bandera de la UE.

Pero el presidente polaco Lech Kaczynski enfrió de inmediato el entusiasmo inaugural, al anunciar que no ratificarí­a el Tratado de Lisboa, alegando que después del «no» del referéndum irlandés, la ratificación «no tiene objeto».

En una primera reacción a ese nuevo resquebrajamiento de la UE, Francia anunció que habrá «discusiones» con Varsovia para ver «cómo salir» de la situación.

«Evidentemente, tendremos discusiones con las autoridades polacas, y sin duda al más alto nivel», declaró el portavoz del ministerio francés de Exteriores, quien precisó: «el término presión no es el que emplearí­a».

Este rechazo polaco fortalece la posición del euroescéptico presidente de la República Checa, Vaclav Klaus.

El presidente francés Nicolas Sarkozy contaba reducir el problema institucional planteado por el no de Irlanda, con la ratificación masiva de los otros paí­ses donde este proceso está en marcha.

Pero ahora Sarkozy enfrenta una situación que evoca la crisis provocada por los rechazos francés y holandés de 2005 al proyecto de Constitución europea.

El Tratado de Lisboa fue elaborado en sustitución de ese proyecto, con la intención de simplificar el funcionamiento de las instituciones comunitarias.

El presidente de la Comisión europea Manuel Barroso llegó hoy a Parí­s acompañado de todos los comisarios europeos para reunirse durante el almuerzo con el primer ministro Franí§ois Fillon.

Barroso, que llegó para traer «el apoyo sin lí­mites» de Bruselas al programa francés para el semestre, llamó a «mostrar las prueba de Europa» en una «Europa puesta a prueba».

En su primer dí­a de presidencia francesa de la UE, Sarkozy se vio enfrentado además a una polémica con el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson.

El mandatario francés acusó a Mendelson y al secretario general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) Pascal Lamy de buscar acuerdos multilaterales de comercio que implican sacrificar la producción agrí­cola «en aras del liberalismo mundial».

«Lamy y Mandelson querrí­an hacernos aceptar un acuerdo por el cual Europa se comprometerí­a de disminuir en 20% su producción agrí­cola y 10% sus exportaciones agrí­colas», declaró Sarkozy.

En un comunicado emitido en Bruselas, Mandelson consideró «falsos» e «injustificados» los ataques de Sarkozy ye stimó que estos perjudicaban a la unidad europea en las negociaciones en la OMC.

A pesar de este ambiente de crisis, Sarkozy reafirmó su posición voluntarista al llamar a «cambiar profundamente» la «manera de construir Europa».

«Se espera de Europa que proteja a los europeos contra los riesgos que provoca la globalización, y es allí­ donde las cosas no funcionan», consideró poco antes de iniciar su presidencia de la UE.

Francia cuenta con que los avances en los grandes proyectos permitan que los ciudadanos de los 27 paí­ses de la UE vuelvan a tener confianza en el bloque, y para ello se fijó cuatro grandes prioridades para este semestre.

Estas conciernen la adopción de una serie de medidas en materia de clima y energí­a, un pacto europeo sobre la inmigración y la reactivación de la defensa y de la agricultura europeas.

Para marcar el ejercicio de la presidencia europea, Francia cuenta lanzar además la Unión Por el Mediterráneo, el 13 de julio, en presencia de unos cuarenta jefes de Estado y de gobierno.