Fracasa boicot contra BP


Un voluntario descansa en las costas de Grand Isle, Lousiana, luego de los trabajos para evitar que la marea negra toque las costas. Pese al rechazo a la gigante petrolera BP por el derrame, no tuvo éxito el llamado a boicotear sus estaciones de servicio. FOTO LA HORA: AFP CLEMENT SABOURIN

«Pienso en la mancha de petróleo, pero necesito gasolina»: afectados por la contaminación en el Golfo de México, los estadounidenses llegan con sus vehí­culos a las estaciones de servicio de BP, pese a un llamado en internet a boicotear a la petrolera británica.


«Estaba completamente sin gasolina. Si no, habrí­a ido a otros lugares», se disculpó Lynda Mann, una empresaria de 60 años en una estación de British Petroleum (BP) en el centro de Washington.

Nikolay Filchev, otro usuario, de 28 años, se golpea la cabeza en signo de arrepentimiento, mientras llena el tanque de su auto: «Y pensar que los estoy ayudando…».

«Por lo general nunca vengo a esta estación. Pensé en el derrame de petróleo, sí­, pero necesito combustible», agregó.

Uno de cada dos estadounidenses no ha asumido ninguna reacción frente al desastre petrolero (49,8%), según una encuesta realizada por Shelton Group.

Mientras 20% afirma que va a conducir menos, 14,8% piensa donar dinero para limpiar la costa y 13,2% prevé no comprarle gasolina a BP, añadió el estudio.

Como los consumidores, pocas organizaciones ambientales han llamado al boicot contra la petrolera, que operaba la plataforma cuyo hundimiento hace un mes causó el derrame en aguas estadounidenses del Golfo de México. No obstante, el sábado a las 13H00 GMT, más de 53.100 personas se habí­an unido a la página de Facebook «Boycott BP».

En 1989, a raí­z del derrame causado por el barco Exxon Valdez en Alaska, el grupo Exxon sufrió un fuerte rechazo entre los consumidores.

La organización ecologista Greenpace, que en el pasado empleó para sus campañas el boicot contra las petroleras, optó esta vez por denunciar a la industria en general y sus métodos.

«Vamos a continuar señalando a BP como responsable (de la contaminación a causa del derrame), pero sin llamar al boicot», declaró Kert Davies, director de investigaciones de Greenpeace.

«No estamos seguros de la eficacia (del boicot)», dijo. «Preferimos centrarnos en la industria petrolera en general, que (…) ignora las medidas de seguridad», agregó.

BP cuenta con 11.500 estaciones de servicio en Estados Unidos y más de 22.000 en todo el mundo. «No se nota un cambio significativo en el volumen de ventas» desde el desastre», dijo el portavoz Robert Wine.

Los responsables de la estaciones de BP en la capital estadounidense tienen una percepción distinta.

«Desde la fuga (de petróleo), no es lo mismo. El negocio no va igual de bien. La gente nos pregunta qué hacemos para remediar (el derrame), pero no sabemos qué decir, somos tan sólo pequeños vendedores» de combustible de BP, señaló Jay Zaidi, propietario de una gasolinera en el centro de Washington.

Mark Cooper, experto de la Federación de Consumidores, descartó que el boicot llegue a ser generalizado, pero ve señales de un gran cambio de opinión con respecto a las perforaciones en el mar, actualmente en debate en Estados Unidos.

«La reacción inicial al derrame evidenció un cambio total de actitud con respecto a las perforaciones marinas. Esto puede tener un gran impacto a largo plazo», señaló Cooper.

Según una encuesta de la cadena de televisión Fox News, los partidarios de plataformas petroleras en el mar pasaron del 72% en 2009 al 54% en la actualidad en Estadosw Unidos.

La organización pacifista Code Pink organizó manifestaciones, llamando a la suspensión de las perforaciones marinas.

«La reacción inicial al derrame evidenció un cambio total de actitud con respecto a las perforaciones marinas. Esto puede tener un gran impacto a largo plazo.»

Mark Cooper

Federación de Consumidores