Fotografía: “Sal” Hernández


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La Escuela de Comunicación de la Universidad de San Carlos de Borromeo de Guatemala tuvo a bien invitar al fotógrafo internacional de origen guatemalteco, Salvador (Sal) Hernández, para exponer algo de su trabajo y dictar conferencias sobre el desarrollo de la fotografía, destacando la transición de la fotografía del original blanco y negro a color y, de la cámara de película a la cámara digital. Sal vivió todo ese proceso, siendo él parte activa y esencial de la transición de la película a la digitalización.

Roberto Arias


Sal Hernández tiene casi sesenta años de residir en Estados Unidos, habiéndose definido como fotógrafo profesional por medio del estudio y la práctica. Hizo fotografía para revistas gráficas  importantes en los EE. UU. y ganó premios internacionales con fotografías tomadas alrededor del mundo en sus constantes viajes de trabajo por los cinco continentes.

Jubilado desde hace años, a los 81 años de edad sigue viajando, junto a su esposa alemana y amor de su juventud, Inge, en su peregrinaje de por vida alrededor del globo y sigue tomando fotografías para importantes multinacionales, incluyendo empresas de los emiratos Árabes, quienes lo contratan conociendo su récord y su profesionalismo.

Su conferencia la inició subrayando dos elementos fundamentales para hacer fotografía. Son elementos lógicos que todos los aficionados conocemos, pero que normalmente no los valoramos en su verdadera dimensión. Para poder hacer fotografía, dijo, es indispensable la luz. Sin luz, la fotografía no existe. El fotógrafo debe saber manejar la luz. Si el objeto es una montaña, un edificio, una ciudad, etc., el fotógrafo debe evaluar la luz solar. Debe asegurarse de que la luz, por la hora, por la posición del sol, etcétera, sea la adecuada. Muchas veces, debido a la posición del sol respecto al objeto, es preferible esperar hasta la tarde o hasta el día siguiente. La luz es infinita y las condiciones deben buscarse o ingeniarse la forma de acomodarla de la mejor manera posible.

Otro aspecto de fundamento para lograr una buena foto es el espacio. Explicó que un pintor tiene todo el espacio deseable para el objeto que desea pintar. El fotógrafo tiene un espacio muy reducido para ver su objetivo y… solamente con un ojo. Debe asegurarse de obtener, generalmente, en fracciones de segundo, la información exacta de lo que hay encima, debajo y a los lados del objeto, para lograr una foto adecuada y objetiva.

Preguntó alguien del público que cuál había sido su momento más impresionante respecto a lo espiritual a través de sus años en la profesión fotográfica. Hernández, con su temperamento humilde a pesar de sus grandes éxitos globales, explicó que tres de sus magnas experiencias espirituales obtenidas en su campo fue la primera vez que tomó fotografías en el Taj Mahal. Recuerdo al culto lector que El Taj Mahal  o ‘Palacio de Corona’ es un complejo de edificios construido entre 1631 y 1654 en la ciudad de Agra, India, por el emperador musulmán Shah Jahan. El imponente conjunto se erigió en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum —más conocida como Mumtaz Mahal— quien murió en el parto de su decimocuarta hija.

El Taj Mahal es reconocido universalmente como un monumento al amor. Su delicadeza es indescriptible y esa sensación tocó a Sal Hernández de una manera espiritual impresionante, según explicó. Las otras dos grandes experiencias espirituales las vivió en Tikal, Guatemala, y en Machu Pichu,  Perú. Esto por lo que estos sitios emanan, debido a los siglos de espiritualidad atrapados en esas ciudades que sirvieron de cobijo a grandes civilizaciones que existieron en esos puntos del continente americano.

Sal Hernández trabajó en su juventud, dentro de otros, como fotógrafo del Diario La Hora, con don Clemente Marroquín Rojas, abuelo y bisabuelo de los actuales propietarios.