Foco de violencia vinculada al narcotráfico


Imagen de la carretera a Zoetermeer, Holanda, paí­s que ha sufrido un alza en la violencia vinculada al narcotráfico. FOTO LA HORA: AFP LEX VAN LIESHOUT

La provincia de Brabante, en el sur de Holanda, se ha convertido en teatro de actos violentos ligados al narcotráfico, como ataques con granada y disparos con ametralladora, sin olvidar el caso de un alcalde que vive oculto bajo protección policial por amenazas.


Según el comisario Frans Heeres, responsable de la «sección cannabis» de la policí­a holandesa, esta región cuenta con el mayor número de plantaciones ilegales de cannabis de toda Holanda.

«Está cerca de Bélgica, la exportación es por lo tanto más fácil», explicó Heeres, jefe del distrito policial Brabante centro y oeste, donde 602 plantaciones ilegales de cannabis fueron desmanteladas en 2009.

«Es también una región más pobre que otras: por ejemplo hay granjeros cuyas explotaciones quebraron y que tratan de rentabilizar sus tierras» cultivando cannabis», destacó.

La posesión, el consumo y la venta al por menor de menos de cinco gramos de cannabis en unos 670 «coffee shops» son tolerados desde 1976. El cultivo y la venta al por mayor están prohibidos y controlados por grupos criminales.

En Holanda hay entre 30.000 y 42.000 plantaciones de cannabis, según la policí­a que estima que la venta al por mayor de esta droga genera cada año entre 2.000 a 5.000 millones de euros (2.660 y 6650 millones de dólares) a grupos criminales, que exportan 80% de su producción, principalmente hacia Gran Bretaña y Alemania.

«El tráfico de cannabis va a la par con el tráfico de otras drogas, como el éxtasis o la cocaí­na, y también a menudo con el lavado de dinero y la corrupción», señaló Frans Heeres.

Hubo varios tiroteos recientemente en Eindhoven, primera ciudad de Brabante con unos 215.000 habitantes. Uno de ellos, el 28 de noviembre, fue con un fusil ametrallador contra una casa.

Todos esos tiroteos estaban relacionados con la criminalidad vinculada a la droga, según el ayuntamiento.

La ciudad de Helmond, a unos 15 kilómetros al este de Eindhoven, está administrada por un alcalde interino. Desde le 1 de diciembre, el titular, Fons Jacob, vive en un lugar secreto, protegido noche y dí­a por la policí­a.

El edil habí­a sido objeto de amenazas después de la apertura, decidida por la municipalidad, de un segundo «coffee shop» en el centro de la ciudad.

En la noche del 31 de julio, dos granadas fueron lanzadas al interior del establecimiento, abierto un mes antes, sin provocar heridos pero sí­ importantes daños.

«La fiscalí­a nos contactó hace poco y nos dijo que pensaba que el alcalde estaba en peligro debido a esta historia de coffee shop. Nos dijeron: «La próxima vez podrí­a ser peor que granadas de mano»», contó Frans Stienen, el alcalde interino.

Helmond es «felizmente una excepción», afirmó el comisario Heeres, según el cual la violencia vinculada con la droga son acciones de lucha entre delincuentes.

«Son cada vez más profesionales» y «quieren que el dinero invertido les dé ganancias», destacó el policí­a. El valor del cannabis, cuya calidad ha mejorado, está en alza constante: «Se defienden de manera mucho más agresiva».