FMI sin cambios


Resultados. Según analistas, el FMI ha propuesto polí­ticas económicas en los paí­ses pobres que no han dado buenos resultados.

La posibilidad de una reforma más profunda del Fondo Monetario Internacional (FMI) parece estar en un callejón sin salida en momentos en que las grandes economí­as se resisten a perder parte de su poder en el organismo, opinaron los analistas.


Poco antes de las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial, que se realizarán sábado y domingo en Washington, el director gerente de la institución, Rodrigo Rato, admitió esta semana que la reforma de las cuotas parte que regulan el equilibrio de poderes en el organismo no producirá grandes avances antes del verano (boreal).

Las cuotas determinan los derechos de voto, las contribuciones en el presupuesto y el acceso al financiamiento de los 185 paí­ses miembros de la institución.

«El problema radica en la toma de decisiones polí­ticas», dijo y expresó su optimismo sobre «mayores avances» en cuanto a un mayor equilibrio en el sistema de votación de sus 185 estados miembro hacia el otoño boreal, parte de la reforma que el impulsa.

«Podrí­amos precisar claramente la fórmula de aquí­ al otoño y venir de allí­ luego a las consideraciones técnicas», prosiguió.

El FMI, bajo el predominio de Estados Unidos y Europa desde su fundación en 1944, ha cumplido un papel de prestamista de último recurso a paí­ses sumidos en crisis financieras.

Pero diez años después de la crisis que sacudió las economí­as asiáticas, se atribuye menos relevancia al papel del organismo para potenciar paí­ses emergentes como China, cuya acumulación de vastas reservas de divisas ha tornado a este paí­s menos dependiente de ayuda externa.

En setiembre del año pasado, los miembros aprobaron de manera oficial el proyecto de reforma que dio más poder de decisión en el seno del organismo a paí­ses que ganaron peso en la economí­a mundial como Turquí­a, Corea del Sur, China o México.

Pero varios paí­ses miembros creen que la reforma deberí­a ser más profunda y la segunda ola de la nueva distribución deberí­a continuar en 2008 a más tardar.

En esta segunda fase de reforma, Rato espera una redistribución más amplia del voto en el seno del organismo, que contenga la voz de los paí­ses más pobres. Pero eso implicarí­a que paí­ses como Estados Unidos y potencias de Europa, tendrí­an que ceder.

«Están reacomodando las reposeras del Titanic», dijo Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research en Washington, quien argumentó que el FMI enfrenta una inexorable pérdida de poder.

«Estamos hablando de una institución que estuvo controlada por Estados Unidos durante los últimos 60 años. Estados Unidos no va a ceder», indicó.

Las conversaciones de una Fondo Monetario Asiático han vuelto a surgir, mientras que los paí­ses latinoamericanos avanzan hacia su propio sistema multilateral de préstamos.

Incluso, paí­ses como Argentina o Brasil amortizaron sus deudas de forma anticipada, con el deseo de escapar al control del organismo con sede en Washington, lo que fue considerado un golpe para la institución, que se financia con los intereses que cobra por los préstamos que extiende a los paí­ses miembros.

Ya en 2006 cuando el FMI aprobó su primera fase de reforma en Singapur, algunos miembros expresaron su descontento.

En ese entonces, el ministro de Economí­a indonesio Sri Mulyano, dijo que tanto el FMI como el Banco Mundial deben actuar como «socios, no como predicadores».

«El futuro quedará en manos de instituciones regionales y alternativas que estén verdaderamente orientadas hacia los intereses propios de su región», advirtió Weisbrot.