FMI como banco central


El FMI busca tener de nuevo protagonismo. Archivo La Hora.

Iglesias propone transformar el FMI en banco central mundial.


El titular de la Secretarí­a General Iberoamericana (Segib), Enrique Iglesias, instó ayer en Montevideo a crear una nueva arquitectura financiera internacional ante la crisis global, que incluya la transformación del FMI en un banco central mundial.

«A lo que queremos llegar es (…) a una nueva arquitectura financiera internacional», para la cual «se está gestando un cierto consenso polí­tico», y que incluirí­a «reformar el Fondo Monetario para darle las caracterí­sticas de un verdadero banco central mundial», dijo Iglesias.

El titular de la Segib -que habló en el lanzamiento de una licitación para la prospección de hidrocarburos en la plataforma marí­tima uruguaya- dijo que se necesita un «FMI con lí­neas de crédito distintas a las que hemos tenido hasta ahora», con «otro tipo de generación de liquidez», «sin esa condicionalidad que ha sido siempre la base de toda transacción con Fondo».

Iglesias manifestó su esperanza de que «ésa sea una de las lí­neas sobre las que avance el nuevo sistema económico».

Indicó que el FMI «ha quedado chiquito con respecto a la posibilidad de movilizar recursos», pues «tiene un margen de intervención de 250 mil millones de dólares», cuando «EEUU solo puso 700 mil millones (de dólares) y Europa 500 mil millones» en la presente crisis.

«La idea (es) que el Fondo se convierta en un gran fondo de reservas» y que cuente con un «mecanismo de alerta frente a las burbujas», dijo.

Asimismo, dijo que otra «idea interesante» es crear «una especie de Corte internacional de manejo de la deuda», como un «mecanismo internacional concertado para la administración de los problemas de la deuda».

Iglesias señaló que en el nuevo orden financiero internacional tiene que haber «un sistema regulatorio mucho más afinado» porque con esta crisis «se terminó la autorregulación en el mundo».

«Tiene que haber un capitalismo más regulado y mejor supervisado», insistió.

Por otra parte, criticó el «papel de las agencias de rating», el cual deberí­a ser «revisado», porque «han estado muy omisas en todo esto» y han mostrado una «relación un poco incestuosa con los que son evaluados».

Iglesias estimó que «se han ido acumulando por lo menos cinco crisis en el mundo»: la crisis energética, la crisis alimentaria, el cambio climático, la crisis de seguridad, y la crisis financiera, que «de alguna manera se van complementando entre sí­ y van formando un panorama crí­tico para el mundo en los próximos años», advirtió.

Indicó que la crisis financiera «es de largo plazo» y que sus «impactos no son previsibles», y que afirmó que se gestó sobre la base de «una filosofí­a» de que «no habí­a que regular. No es que no se regulaba por omisión, sino que era la filosofí­a no reguladora: «the market knows best», el mercado sabe mejor».

Destacó que la crisis financiera disparó «una reacción sin precedentes de los gobiernos, con una asistencia sin precedentes en la historia de la humanidad», en referencia a los enormes paquetes inyectados por Estados Unidos y Europa, dando lugar a «un perí­odo de intervencionismo realmente muy grande».

Indicó que pese al enojo de la opinión pública, los planes de salvamento tienen «una explicación muy clara: el hecho de no salvar a los bancos traerí­a costos mucho mayores».

No obstante, advirtió que como «consecuencia», los gobiernos «se están endeudando en forma realmente espectacular».

«Es muy posible que la deuda de EEUU alcance al 100% del Producto (Interno Bruto)», lo que significa «una gran hipoteca hacia el futuro de la economí­a», alertó.

Iglesias dijo que la recesión actual se explica por «la retracción del crédito», «la desconfianza de los consumidores», la «retracción de las inversiones», «el impacto sobre las bolsas de valores», y «algo que es nuevo: la pérdida de respuesta (de los mercados) frente a los instrumentos convencionales».

Lo que hay es una «enorme crisis de confianza del consumidor y del inversionista», aseveró.