Florecen maquiladoras en Ciudad Juárez


El desempleo en Ciudad Juárez es alto, un 7%, comparado con el promedio nacional de México, que es del 5,4%. AP

A pesar de la debilidad de la economí­a estadounidense y del narcotráfico, que ha hecho de Ciudad Juárez la urbe más peligrosa del paí­s, las maquiladoras están de parabienes.


Estas plantas que ensamblan productos de exportación, desde pastillas de frenos hasta televisores de plasma producidos por empresas estadounidenses, se están expandiendo y contratando más personal. Incluso se están abriendo plantas nuevas, en parte porque hay firmas que trasladan sus operaciones de China a México para abaratar costos.

El repunte de las aproximadamente 350 maquiladoras que hay en la zona es el único aspecto alentador de una ciudad en la que la violencia del narcotráfico causó la muerte de más de 7.000 personas en los últimos tres años. Las maquiladoras podrí­an ser un indicio asimismo de una recuperación de la economí­a de la región, luego de que el producto bruto interno cayese casi un 7% en el 2009, en la peor contracción que tuvo México en décadas.

«En Juárez hay varias realidades que compiten en estos momentos», declaró Bod Cook, presidente de la Comisión Económica Regional de El Paso, ciudad hermana de Ciudad Juárez, ubicada del lado estadounidense de la frontera. «La violencia no afecta nuestra industria y los carteles no hicieron desaparecer todas las ventajas que hay para poner negocios».

El desempleo en Ciudad Juárez es alto, un 7%, comparado con el promedio nacional de México, que es del 5,4%. Pero plantas que dieron licencia a sus empleados en el 2008 y el 2009 están contratando gente y pagando horas extra.

Las maquiladoras generaron 26.000 plazas nuevas en Ciudad Juárez entre julio del 2009 y agosto del 2010, cuando empleaban a más de 192.000 personas. Pero todaví­a hay mucho terreno por recorrer, ya que hace tres años el sector empleaba a unas 250.000 personas, una quinta parte de la población de la ciudad, que es de 1,3 millones.

Cook dice que desde el 2008 se han extendido 106 permisos para la instalación de nuevas maquiladoras en la ciudad. Otras 15 empresas han dicho que planean abrir plantas o ampliar las que tienen, generando otros 11.400 empleos.

Es difí­cil comparar a Ciudad Juárez con otras urbes de la frontera porque a partir del 2006 el gobierno mexicano comenzó a listar los trabajos en las maquiladoras como parte del sector de manufacturas.

El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, afirmó que el año pasado se instalaron 12 maquiladoras que fueron trasladadas de China a lo largo de la frontera, a menudo en áreas sacudidas por la violencia del narcotráfico como Baja California, Tamaulipas y Chihuahua, donde se encuentra Ciudad Juárez. No está claro si en el mismo perí­odo hubo plantas que fueron llevadas de México a China.

A nivel nacional, el sector de maquiladoras despidió a cientos de miles de personas desde octubre del 2000, en que llegó a emplear 1,3 millones de personas. Pero México ahora le está haciendo fuerte competencia a China. Las importaciones estadounidenses de productos fabricados en México ascendió a 168.000 millones de dólares en los 11 primeros meses del año pasado, lo que representa un aumento del 35% en relación con el año previo, según la Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos. Las importaciones de China, en tanto, subieron casi un 24% y alcanzaron los 264.000 millones de dólares.

Ahora que hay menos crédito disponible, muchas firmas estadounidenses no pueden darse el lujo de esperar cargamentos que llegan desde Asia y se demoran mucho. Y puede resultarles más económico emplear plantas en Ciudad Juárez, Tijuana y otras localidades fronterizas.

Pascual dijo que México es cada vez más atractivo que China por la devaluación del peso en momentos en que la divisa china se fortalece. Y las diferencias salariales se están acortando. Los costos en China han aumentado ahora que el gobierno trata de imponer más regulaciones para proteger el medio ambiente, especialmente tras las crí­ticas recibidas durante los juegos olí­mpicos de Beijing del 2008.

«La diferencia era de 1,50 dólares a 40 centavos (por hora) en 1996 y hoy es de 3,50 y 3 ahora. México sigue siendo más caro, pero por poco», manifestó Pascual en una entrevista.

La industria de las maquiladoras sintió la violencia de Ciudad Juárez en carne propia el 28 de octubre, cuando desconocidos dispararon contra tres autobuses que transportaban trabajadores de los turnos nocturnos de las maquiladoras a comunidades fuera de la ciudad. Cuatro personas murieron.

Los investigadores creen que el ataque pudo estar vinculado con una disputa con la compañí­a de autobuses. No se han hecho arrestos, algo que no llama la atención en una ciudad donde rara vez se apresa a los responsables de un asesinato.

Desde ese episodio, los empleados dicen que camionetas con guardias armados escoltan a los autobuses. Ciudad Juárez es recorrida a diario por una cantidad de viejos autobuses escolares estadounidenses pintados de verde y blanco, llamados «Transporte de Personal», que llevan y traen empleados de las maquiladoras las 24 horas del dí­a.

Algunos trabajadores reúnen dinero entre ellos y compran autos viejos en Estados Unidos que usan para transportarse en grupo.

«Claro que tienes miedo, pero hay que ir a trabajar», declaró Luis Garcí­a, de 36 años, quien gana el equivalente a 65 dólares semanales cortando el cuero de asientos de automóviles para la empresa Eagle Ottawa, de Michigan.

Epson, una enorme empresa electrónica del conglomerado japonés Seiko Epson, cerró una planta que fabricaba cartuchos de tinta para impresoras y se llevó consigo 25.000 empleos. Epson, no obstante, dice que se fue por la crisis económica mundial, no por la violencia.

El alcalde de El Paso John Cook afirmó que otras empresas tienen planes alternativos y podrí­an irse si la situación empeora. Pero Alan Russell, presidente de Tecma Group, de El Paso, dice que la situación es lo suficientemente segura como para que la empresa opere maquiladoras en 18 plantas de Ciudad Juárez, en nombre de 33 compañí­as. Cuatro clientes suspendieron sus operaciones en Ciudad Juárez en el 2009 debido a la crisis económica estadounidense, pero el grupo agregó cinco compañí­as en el 2010.

A diferencia de Eagle Ottawa, la empresa de Cook recomienda no llevar guardias armados en los transportes y su personal de seguridad no porta armas.

«Esto no es una guerra en defensa de ciertos ideales ni una guerra religiosa», expresó. «Es algo puramente económico. Las matanzas estuvieron relacionadas con el narcotráfico».

«Los costos de China subieron tanto que no tiene sentido seguir produciendo allí­», declaró Bill Parisen, vicepresidente de una firma californiana que emplea 60 personas en Ciudad Juárez.

Parisen pasa dos semanas al mes en Ciudad Juárez, aunque dice que va únicamente a sitios seguros, empleando rutas vigiladas por las autoridades con la ayuda de la policí­a nacional y del ejército.

«La gente me pregunta, «Â¿cómo puedes ir a Ciudad Juárez?»»», comentó. «Pero voy allí­ y veo gente trotando, gente paseando al perro».

Alberto Hernández, especialista en control de calidad que trabaja en una planta de Cisco Systems desde que tení­a 15 años en Ciudad Juárez, dice que «en el trabajo uno está a salvo. Afuera, no hay control. No hay leyes».