La legislación interna del Ministerio Público (MP) establece una serie de funciones que representan grandes retos para quien resulte electo Fiscal General de la República, sin embargo, la titularidad de esa instancia es opacada por temas como la impunidad y la penetración del crimen organizado.
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Los artículos 10 y 11 de la ley Orgánica del MP definen tanto el perfil del fiscal como sus funciones; el primero de ellos detalla: «Su autoridad se extiende a todo el territorio nacional. Ejercerá la acción penal pública y las atribuciones que la ley le otorga al MP, por sí mismo o por medio de los órganos de la institución».
Entre las funciones a cargo del titular de esa institución está la de determinar la política general de la institución y los criterios para el ejercicio de la persecución penal; así como la gestión de temas como el presupuesto y nombramientos de los fiscales titulares de distrito, agentes, y auxiliares de acuerdo a la carrera del MP.
Sin embargo, analistas consultados refieren que hasta ahora los titulares de esa instancia no han cumplido a cabalidad con sus funciones y que quien resulte electo para el próximo período tiene grandes retos para con la instancia encargada de la persecución penal en el país.
FUNCIONES
Algunas de las funciones, detalladas en el artículo 11 de la Ley Orgánica del MP son: determinar la política general de la institución y los criterios para el ejercicio de la persecución penal. Cumplir y velar porque se cumplan los objetivos y deberes de la institución. Remitir al Ejecutivo y al Congreso de la República el proyecto de presupuesto anual de la institución y el de sus modificaciones que estime necesarias.
Además, la normativa detalla que el Fiscal debe someter a la consideración del Consejo del MP los asuntos que le correspondan y dictaminar acerca de los mismos verbalmente o por escrito según la importancia del caso.
También debe efectuar, a propuesta del Consejo del MP, el nombramiento de los fiscales del distrito, fiscales de sección, agentes fiscales y auxiliares fiscales, de acuerdo a la carrera de esa instancia, así como conceder las licencias y aceptar las renuncias de los mimos. Efectuar los nombramientos, ascensos y traslados del personal administrativo y de servicios de la institución e impartir las instrucciones convenientes al servicio y al ejercicio de las funciones, tanto de carácter general como relativas a asuntos específicos.
El Jefe del MP tiene la capacidad de nombrar, de entre los miembros de la entidad, fiscales para asuntos especiales y como fiscal especial a un abogado colegiado para atender un caso específico o para garantizar la independencia en el ejercicio de la función.
Finalmente debe organizar el trabajo de esa instancia y efectuar los traslados de los fiscales que crea necesarios para su mejor funcionamiento, proponer al Consejo la división del territorio nacional por regiones para la determinación de las sedes de las fiscalías de distrito y el ámbito territorial que se les asigne, así como la creación o supresión de las fiscalías de sección.
EVALUACIí“N
Carmen Aída Ibarra, representante del Movimiento Pro Justicia, considera que la Ley específica del MP no establece con precisión algunos elementos como el tema de una fiscalía general interina o que esa instancia se quede acéfala por lo que opina que en ese sentido debe ser fortalecida.
«La Ley define que el MP y por lo tanto su jefe deben dar cumplimiento a las leyes vigentes y son el órgano a cargo de la persecución penal, la gran tarea que tiene quien ocupe ese cargo es la de definir estrategias de lucha contra la impunidad que actualmente corroe al país», indicó Ibarra.
La analista considera que hasta ahora, todos los titulares de esa instancia «han fracasado», por lo que cree que la expectativa es que quien salga electo tenga la oportunidad y el espacio para definir, con el aval de los poderes del Estado y de otras instituciones, una política de persecución penal que siente las bases para combatir la impunidad.
Ibarra explica que el tema de la impunidad en el país se ha convertido en «un comportamiento institucional, un patrón cultural, político e ideológico que configura una forma de violar los derechos humanos en forma masiva», por lo que considera que los retos son para quien preside esa instancia.
RETOS Mario Polanco, director del Grupo de Apoyo Mutuo, considera que con la actual administración del MP ha habido «un ligero avance con investigación y persecución a violaciones a derechos humanos», no obstante cree que hace falta mucho por trabajar en general.
«Debido al escaso presupuesto no ha sido posible que se haga efectiva la creación e implementación de toda una política de investigación criminal», considera Polanco.
Para el analista, los niveles de impunidad se han incrementado preocupantemente desde las dos últimas administraciones del MP, lo que hace que el nivel de eficiencia sea cuestionado por instancia como la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, lo que refleja la debilidad en esa instancia.
Polanco añadió que uno de los grandes retos del próximo fiscal general es reforzar el trabajo del actual, en cuanto a la política de persecución penal que este ha definido en su corto período al frente de esa instancia.
Además, indicó que el MP es una de las instituciones más infiltradas por el crimen organizado y que quien presida esa instancia debe hacer «una labor de cirugía extrema dentro de la institución» para depurar a los malos fiscales.
Por último Polanco expresó que la política de investigación debe ser delineada con objetivos específicos y con miras a largo plazo para alcanzar una meta y así combatir la fuerte ola de impunidad que enfrenta el país.
Mario Polanco
GAM
Carmen Aída Ibarra
Movimiento Pro Justicia