Corea del Norte firmó hoy un pacto de no agresión con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) que los analistas interpretan como un signo de que el régimen comunista quiere ser visto como un actor internacional responsable.
Esta firma llega un día después de las conversaciones, sin precedentes, entre los ministros de Relaciones Exteriores de Corea del Norte y cinco otros países involucrados en las largas negociaciones sobre el desmantelamiento del programa nuclear del hermético país comunista.
Una ceremonia marcó la rúbrica del Tratado de Amistad y Cooperación en el Sureste Asiático (TAC), tras la celebración del Foro Regional de la ASEAN (ARF), que incluye a Corea del Norte entre sus 27 miembros, para hablar de la seguridad en la zona.
El portavoz del ministerio norcoreano de Exteriores, Ri Tong Il, dijo que la adhesión al tratado «es un símbolo de la voluntad (de Pyongyang) de mantener relaciones amistosas» con la ASEAN y de contribuir a la paz y la seguridad en la región.
«El tratado se ha firmado porque Corea del Norte quiere tender la mano al mundo exterior», dijo Kim Sung-Han, profesor en la Universidad de Corea.
«A través de este tratado, quiere mandar al mundo la señal de que está dispuesto a actuar como un miembro responsable de la comunidad internacional», añadió.
Originalmente firmado por los miembros de la ASEAN en 1976, el tratado ha sido aceptado por otros 15 países al margen de la asociación, entre ellos Corea del Sur.
Los jefes de la diplomacia aplaudieron la aceptación por Corea del Norte del TAC, que incluye el compromiso de solucionar las diferencias o disputas en la zona de forma pacífica y renunciar a las amenazas o al uso de la fuerza.
El ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, dijo que estaba «entusiasmado» con esta firma, que ayuda a limar las tensiones.
Andrew Tan, portavoz de los encuentros de la ASEAN en Singapur, habló de un pequeño paso, «pero cada pequeño paso que demos para convencer a Corea del Norte de aceptar las normas internacionales, es un paso en la buena dirección».
El analista Carl Thayer, del centro de estudios estratégicos y de defensa de la Universidad de Australia, opinó no obstante que la rúbrica «no tendrá un impacto visible en el comportamiento de Corea del Norte hacia China, Japón o Estados Unidos».
Las reuniones de ayer en Singapur marcaron las conversaciones más importantes entre Corea del Norte y Estados Unidos dentro de las negociaciones multilaterales para el desarme nuclear.
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, departió con su homólogo norcoreano, junto a los cancilleres de Japón, Rusia, Corea del Sur y China.
Pyongyang aceptó recientemente interrumpir la producción de plutonio armamentístico a finales del próximo octubre y permitir inspecciones para verificar la declaración que hizo en junio sobre sus programas nucleares.
A cambio, recibirá ayuda energética y concesiones diplomáticas.
Japón también aplaudió la adhesión de Corea del Norte al TAC pero dijo que todavía había que trabajar para el desarme nuclear «para convencer al país de la necesidad de ser un miembro responsable de la comunidad internacional».