El viaje del vicepresidente estadounidense Joe Biden a Kiev para apoyar la frágil democracia ucraniana se produjo poco después que su hijo menor fue contratado por una compañía privada ucraniana que promueve la independencia energética del país con respecto a Rusia.

La compañía, que arrienda yacimientos de gas natural en Crimea, pertenece a un exministro de gobierno que tiene vínculos con Viktor Yanukovich, el presidente pro ruso que fue derrocado en febrero y quien se encuentra exiliado en Rusia.

La contratación de Hunter Biden, de 44 años, por Burisma Holdings Limited en abril fue aprobada por el dueño de la compañía.

Hunter Biden ejercerá como director y principal abogado de la compañía mientras su padre y otros miembros del gobierno del presidente Barack Obama tratan de ejercer influencia sobre el gobierno de Ucrania, sobre todo en materia de energía.

No existen indicios de que los Biden, padre e hijo, o la empresa Burisma estén violando normas legales o éticas, aunque expertos en ética parecen divididos en torno a las implicaciones del trabajo de Hunter Biden.

Las leyes estadounidenses sobre conflictos de intereses y las normas éticas federales no regulan las actividades de parientes adultos de quienes trabajan en la Casa Blanca.

«El problema primario aquí es el hecho de que Hunter Biden tiene un acuerdo financiero con alguien que pudiera tener asuntos pendientes con este gobierno (el estadounidense)», dijo Craig Holman, especialista en ética de Public Citizen, una organización con sede en Washington que promueve la reforma del gobierno.

Joe Biden encabezó la delegación estadounidense que asistió a la juramentación del presidente ucraniano Petro Poroshenko este sábado. Los dos conversaron brevemente durante una recepción que siguió a la ceremonia.