El ex neofascista Gianfranco Fini, posible delfín del futuro jefe del gobierno italiano Silvio Berlusconi, fue elegido hoy presidente de la Cámara de Diputados, un hecho inédito en la historia reciente de Italia.
Fini fue elegido en la cuarta vuelta por 355 votos de los 611 diputados presentes (la mayoría requerida era de 306 votos), anunció Pierluigi Castagnetti, que presidía la sesión.
Gianfranco Fini es el primer político surgido del ex partido neofascista Movimiento Social Italiano (MSI) en acceder a una función tan elevada del Estado italiano.
El presidente de la Cámara de Diputados es la tercera personalidad en la jerarquía.
Fini, de 56 años, es presidente de Alianza Nacional, partido conservador que surgió del antiguo MSI.
La llegada de la derecha posfascista más de medio siglo después de la caída de Benito Mussolini a cargos institucionales de Italia constituye un verdadero terremoto político.
En su primer discurso ante el Parlamento, Fini se presentó como un hombre equilibrado, que dirigirá la Cámara de Diputados por encima de las partes y citó dos fechas simbólicas para la izquierda: el Día del Trabajo que se festeja el 1 de mayo y la Fiesta de la Liberación del fascismo que se celebra el 25 de abril, sin llegar a hablar explícitamente del régimen de Mussolini.
«Son dos jornadas en que se celebran valores compartidos por todos los italianos y que sentimos como vivos y vitales», declaró.
Gianfranco Fini, elegido hoy presidente de la Cámara de Diputados de Italia, es un neofascista arrepentido que intenta liquidar su controvertido pasado y reconvertirse como político conservador fiable y posible sucesor del millonario metido a político Silvio Berlusconi.
Fini, de 56 años, ha conducido la transformación de la derecha italiana, de partido neofascista y nostálgico de Benito Mussolini a una formación conservadora europea con excelentes relaciones con Israel.