¿Financista, empresario o funcionario?


La presencia del señor Alberto Cohen ayer en la apertura de plicas para compras por contrato abierto de medicinas sirve para evidenciar que la forma en que se comportan los financistas de las campañas polí­ticas ha superado hasta aquellas etapas de elemental pudor para guardar apariencias. Sucede que el señor Cohen es un alto funcionario del gobierno, a cargo nada más y nada menos que del Instituto Nacional de Electrificación, INDE, y sin embargo no tuvo empacho en representar a su polémica firma en el acto formal de apertura de plicas.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

En Guatemala es público que la firma J. I. Cohen es la mayor proveedora de medicamentos al sector público y que entre sus socios principales figura el gerente del INDE y también el Secretario Privado de la Presidencia de la República, el señor Gustavo Alejos. Poco faltó, entonces, para que se apareciera por el Ministerio de Finanzas el funcionario que es brazo derecho del Presidente de la República, para corroborar que hablar de transparencia en nuestro paí­s es, simple y sencillamente, hablar puras babosadas.

No quiere decir esto que si hubieran enviado a un representante legal la cosa serí­a diferente y que eso ayudarí­a a que las adjudicaciones se hagan pensando en el interés nacional y no en los intereses particulares de algunos. Pero como las apariencias son tan importantes, ahora lo que se puede comprobar es que les importa un pito lo que piense la opinión pública porque mientras ellos puedan hacer los negocios, no tienen por qué mostrar mí­nimos de recato.

Suponiendo que el señor Alberto Cohen actuó por propia iniciativa y en descuido del decoro que tiene que guardar como funcionario público, lo menos que podrí­a y deberí­a esperarse es una reacción del gobierno por su calidad de servidor público. No puede ser que exista tal nivel de desfachatez en el hecho de que un alto funcionario del Estado, que ocupa esa posición por la ayuda que oportunamente brindaron al partido de gobierno, tenga tan poco criterio como para colocar en evidencia de manera tan burda al régimen del ingeniero Colom, sobre el que pesa de manera abrumadora la forma en que ha sido complaciente con sus financistas.

Es más, existe en la comunidad médica la idea de que el tema de la gripe A H1N1 lo manejó el ministerio de Salud Pública con el criterio de que habí­a que favorecer a los financistas y por eso la compra tan discutida de Tamiflú que se hizo cabalmente a la firma propiedad del gerente del INDE. Y este tipo de gestos de la más absoluta insolencia, porque no se puede calificar de otra forma la presencia del funcionario público como oferente en la adjudicación de los contratos abiertos para la compra de medicinas, vienen a demostrar más allá de cualquier duda razonable, que aquí­ privan los intereses de los financistas.

No alcanzo a entender las razones del señor Cohen, de quien siempre me han dicho que es un tipo inteligente y muy preparado, para hacer alarde y ostentación como empresario de medicinas cuando al mismo tiempo es importante funcionario del gobierno de Colom. No puede ser, por lo que entiendo, una tonterí­a sino que a lo mejor el colmo del desplante que provoca saber que en nuestro paí­s todo se acepta con la mayor naturalidad porque la proverbial sangre de horchata en las venas de los chapines hace que todo se aguante.