Finaliza cumbre mundial


La XVII Conferencia Internacional sobre sida finaliza hoy en la Ciudad de México con un fuerte compromiso de los 22 mil delegados de impulsar la prevención como método más eficaz para frenar la propagación de la pandemia que afecta a 33 millones de personas en el mundo.


La circuncisión y el afianzamiento de la idea del tratamiento antirretroviral se abrieron paso en la cumbre como métodos a seguir desarrollando como forma de prevención, sumados a los tradicionales del condón y la provisión de jeringas, a falta de una vacuna que aún deberá esperar varios años, según expertos.

«No está cerca el descubrimiento de una vacuna, pero en ciencia nunca se sabe», dijo el argentino Pedro Cahn, copresidente de la Conferencia.

Para los asistentes quedó claro que la batalla inmediata pasa por reforzar la prevención en todos los frentes: a nivel cientí­fico y en las conductas sociales que facilitan la propagación del VIH, como la discriminación y la estigmatización.

Sin embargo, lí­deres como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y en cierta medida también el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, entre otros, alertaron en la cumbre sobre el riesgo de que para 2010 se incumpla con la meta establecida en 2006 de un acceso universal al tratamiento.

Ello podrá verificarse durante la próxima conferencia, prevista para ese año en Viena.

En el plano cientí­fico, estudios de expertos estadounidenses hechos en Africa subsahariana demostraron que la extirpación del prepucio reduce a la mitad el riesgo de ser infectado por el VIH.

La terapia antirretroviral como prevención también es una posibilidad que apenas empieza a ganar adeptos y en la Conferencia de México se convirtió en uno de los temas centrales de debate.

En base a un estudio que arrojó una disminución del 50% de contagios, Julio Montaner, uno de los más prestigiosos cientí­ficos sobre sida, defendió la idea de que al aumentar la proporción de pacientes con VIH que están bajo tratamiento antirretroviral se disminuye sustancialmente la posibilidad de transmitir el virus.

«Levántate por tus derechos, levántate y no renuncies a la lucha», subrayó Peter Piot, director de ONUSIDA, parafraseando a Bob Marley en la inauguración de la cumbre del sida, haciéndose eco de las dificultades de los seropositivos que deben enfrentar dí­a a dí­a los prejuicios sociales.

Además de las decenas de paneles en los que se fueron desgranando las barreras cotidianas que afectan a mujeres, niños, homosexuales y transexuales, la Aldea Global, una enorme instalación de 88 mil metros cuadrados, dio un marco de color al drama a través de diferentes expresiones artí­sticas.

Pero aún en ese marco, donde se supone una distancia mí­nima entre el dicho y el hecho: un joven voluntario portador vio cómo encargados de la atención hicieron la vista gorda cuando se cortó un dedo y debió arreglárselas por propia cuenta.

Escenario por primera vez de una cumbre sobre sida, América Latina pugnó por ser incorporada en la agenda internacional, un espacio que estaba reservado a Africa, la región más castigada por la pandemia.

«Ninguna región fue igual luego de ser escenario de una cumbre» sobre el sida, dijo Cahn.

América Latina es la región emergente que más pasos ha dado en torno a la prevención, con 62% de sus dos millones de portadores con acceso a los tratamientos.