Con hit decisivo del dominicano Pedro Feliz, los Filis de Filadelfia vencieron este miércoles en el quinto y último partido de la Serie Mundial 2008 a los Rays de Tampa Bay con marcador de 4×3, para titularse por segunda vez en su historia y primera en los últimos 28 años.
Esta es la quinta vez que un equipo de la Liga Nacional se impone a uno de la Americana en estos «Clásicos de Otoño» en los últimos 12 años.
Los Filis vuelven a saborear las mieles del triunfo por primera vez desde 1980, cuando sometieron a los Reales de Kansas City.
El quinto y definitivo partido se puede catalogar como el más largo en la historia de estos campeonatos -casi dos días-, ya que fue suspendido el lunes por lluvia en el sexto inning cuando estaba empatado a dos carreras.
Luego de casi dos días de espera, el juego se reanudó en la misma situación en que fue suspendido.
«Valió la pena esperar, fue un partido interesante, el tiempo no nos ayudó el otro día (lunes), pero de todas manera a celebrar», señaló emocionado el receptor panameño Carlos Ruiz.
Ese capítulo fue abierto en esta jornada con un doblete del emergente Geoff Jinkis frente al relevista australiano Grant Balfour y tras el out de Jimmy Rollins, el jardinero derecho Jayson Werth sonó imparable impulsor para poner a Filadelfia al frente 3-2 en ese momento.
Empero, al principio de la séptima, tras ponche al venezolano Dioner Navarro, el artillero de ascendencia italiana Rocco Baldelli puso a Tampa de nuevo en el juego con un jonrón para empatar el encuentro.
Acto seguido, los Filis sentenciaron el triunfo con doblete de Pat Burrell y sencillo decisivo de Feliz al cierre de ese episodio.
En ese capítulo, la estrategia del mánager Charlie Manuel funcionó a las mil maravillas, al sustituir a Burrell (doblete) por el corredor emergente Eric Brontlett, quien cruzó la goma gracias al imparable de Feliz.
Uno de los hombres más felices en la celebración en el clubhouse es el quisqueyano Feliz, el hombre del hit de oro.
«No importa que fueran tres innings, había que salir mentalmente preparados para jugar 10 si fueran necesario, sobre todo con la menta positiva, ya que no cabía otra cosa que la victoria», subrayó el dominicano.
El triunfo fue para el relevista puertorriqueño J.C. Romero (2-0) y el revés para el también apagafuegos zurdo J.P. Howell (0-2).
Tampa, que salía como favorito luego de eliminar a los entonces campeones defensores Medias Rojas de Boston, evidentemente gastó todas sus energías al vencer en el máximo de siete juegos a los «patirrojos» en la etapa previa.
El lunes, cuando el partido fue suspendido por la lluvia, las carreras de los anfitriones fueron anotadas en el mismo primer capítulo por boletos a Werth y Burrell, desbol a Chase Utley y hit impulsor de Shane Victorino.
El conjunto tampeño descontó una en el cuarto por doblete del dominicano Carlos Peña, su primer hit en 14 turnos, y sencillo de Evan Longoria, también su primero en 17 veces al bate.
Posteriormente, en el sexto, el propio Peña impulsó la segunda con imparable al jardín izquierdo luego de indiscutible y robo de segunda de B.J. Upton.
Tras el último out logrado por el estelar cerrador Brad Lidge, quien terminó con dos salvamentos, uno de los primeros en hablar con la prensa en el terrno fue el veterano lanzador Jamie Moyer, quien tiene 45 años.
«Fue una larga espera, pero finalmente lo logramos y por fin «Go Filis»», dijo Moyer.
Con este partido, desde 1903, han sido 20 en las Series Mundiales que se han suspendido por lluvia o frío.
Solamente tres encuentros habían sido pospuestos más de un día en la historia de las Series Mundiales a causa de la lluvia, el más reciente en 1975 cuando los Rojos de Cincinnati y los Medias Rojas de Boston tuvieron que esperar tres jornadas para jugar el sexto desafío, aunque ahora comenzó como se había detenido el día de la suspensión.
En tanto, por otros motivos han habido cambios en el calendario como cuando los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, que obligaron a retrasar una semana el inicio del «Clásico de Otoño» entre Yankees y Diamondbacks de Arizona.
También fueron aplazados el tercer juego de 1989 por 10 días por un terremoto en la bahía de San Francisco, así como en 1962 se suspendió por tres días el sexto desafío entre Yankees y San Francisco por lluvia.