El finlandés Heikki Kovalainen (McLaren-Mercedes) logró la primera victoria de su carrera, ayer en el Gran Premio de Hungría, undécima de las 18 pruebas del Mundial de Fórmula 1, en el circuito de Hungaroring (cerca de Budapest).


Kovalainen se impuso al alemán Timo Glock (Toyota), que consiguió el mejor resultado de su carrera, y su primer podio, y al finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), tercero.
Tras una carrera bastante aburrida, Kovalainen se aprovechó de la mala suerte del brasileño Felipe Massa (Ferrari), que tenía la carrera ganada, pero al que se le rompió su motor a tres vueltas de la meta.
«Lo siento un poco por Felipe, que había logrado una muy buena carrera. Conozco lo debe sentir, he vivido momentos como ese muchas veces esta temporada, pero estoy muy feliz por esta primera victoria, siempre ha sido uno de mis objetivos», declaró el piloto finlandés.
«No es realmente un momento agradable, me siento aún peor porque me había entregado al 100% para conseguir la victoria», apuntó por su parte Massa.
El español Fernando Alonso (Renault) se quedó a los pies del podio, con la cuarta plaza, igualando su mejor resultado de la temporada y quedando por delante del británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes).
Este último, autor de la «pole», fue adelantado por Massa al comienzo de la carrera, y se vio ralentizado por un pinchazo mediada la prueba. Sin embargo, el británico conservó el liderato en el Mundial.
El brasileño Nelsinho Piquet (Renault) confirmó su buen estado de forma con un sexto lugar, mientras que el italiano Jarno Trulli (Toyota), séptimo, y el polaco Robert Kubica (BMW Sauber), octavo, completaron los puntos repartidos.
En la salida, Massa, tercero en la parrilla, efectuaba un adelanto perfecto sobre Kovalainen y Hamilton, colocándose en cabeza desde la primera curva. Un regalo inesperado en un circuito en el que es casi imposible doblar.
En las primeras vueltas, Massa probaba en el papel sus declaraciones de la víspera, en las que decía que Ferrari no tiene mucho que envidiar de McLaren-Mercedes. El piloto de la «Scuderia» firmaba mejores vueltas, aunque con el aliento de Hamilton en la nuca, a apenas tres segundos.
En los primeros pasos por «boxes», la pequeña procesión no cambió mucho, a pesar de que Kubica, quinto al comienzo de la carrera, perdía bastante terreno. En la parte trasera, el francés Sébastien Bourdais (Toro Rosso) y el brasileño Rubens Barrichello (Honda) desperataban a los bomberos locales con pequeños incendios en sus paradas de avituallamiento.
El primer gran momento de la carrera se produjo en la 40ª vuelta, cuando Hamilton pinchaba en la rueda delantera izquierda, viéndose obligado a ir ralentizado casi una vuelta antes de entrar a cambiarse el neumático, el británico perdía cualquier esperanza de victoria. Finalmente salió décimo, y logró entrar en los puntos.
Massa, que solamente tenía ya que disfrutar de los últimos compases, se vio perjudicado por la mala suerte, ya que a sólo tres vueltas del final, su motor se rompió, quedándose con las ganas de subir a lo más alto del podio.
Entre los momentos emotivos de la jornada estuvo la alegría que supuso para Glock, campeón de GP2 del pasado año, su segundo puesto en Hungagoring, apenas dos semanas después del serio accidente que sufrió en Hockenheim, en Alemania, que le obligó a pasar una noche en observación en el hospital.