Filadelfia celebra a Frida Kahlo


El Museo de Arte de Filadelfia, estado de Pennsylvania (este), anuncia su exposición de la artista Mexicana Frida Kahlo. Más de 40 pinturas y un centenar de fotografí­as de Khalo invitan al público estadounidense a acercarse a la vida y obra de esta fallecida pintora mexicana, en una exposición que celebra el centenario de su nacimiento.

Más de 40 pinturas y un centenar de fotografí­as de Frida Kahlo invitan al público estadounidense a acercarse a la vida y obra de esta fallecida pintora mexicana, en una exposición que celebra el centenario de su nacimiento en el Museo de Arte de Filadelfia.


La muestra, que se extenderá hasta el 18 de mayo en esta ciudad del estado de Pennsylvania (este), combina pinturas de Kahlo jamás exhibidas en Estados Unidos como el famoso óleo «Las dos Fridas» (1939), con fotografí­as de la artista y su entorno.

«Realmente querí­amos tener «Las dos Fridas» porque nunca habí­a sido mostrado en Estados Unidos antes», resaltó Michael Taylor, curador de arte moderno del Museo.

«Recibimos 95% de los trabajos que querí­amos» para la exposición, señaló. «Parece una muestra grande, pero es también lo mejor de su trabajo», se congratuló Taylor.

A través de una decena de salas colmadas de público, el recorrido propone conocer la obra pictórica y aspectos de la vida de Kahlo a través de fotografí­as en blanco y negro en las que se reconocen «los cambios que experimentó» en el transcurso de su existencia y también «la construcción de su identidad», explicó el curador.

Un «Autorretrato con monos», de 1943, da la bienvenida al universo cargado de colores y significados en clave de Kahlo, a la cual también se observa junto a su marido, el muralista mexicano Diego Rivera, en «Frida y Diego» de 1931.

Hechas las presentaciones para el público estadounidense, que asiste a la mayor exposición de Frida Kahlo organizada en los últimos 15 años en Estados Unidos, la invitación es a entrar en la vida personal de la artista, a través de fotos colgadas de los muros del museo y preservadas en álbumes familiares.

Frida Kahlo sola o con Diego Rivera; Diego Rivera pintando; Frida Kahlo con su familia; la artista en su Casa Azul de Coyoacán, en Ciudad de México; imágenes de la pareja en Nueva York o Parí­s se mezclan con personajes universales que pasaron por sus vidas como León Trotsky o André Bretón.

La muestra tiene varios puntos altos, con obras mundialmente famosas como «La columna rota», de 1944, en la que Kahlo refleja el sufrimiento que padeció a lo largo de su vida por las heridas causadas por un accidente de tránsito en 1925.

También, en momentos en que la inmigración ilegal es un tema sensible en suelo norteamericano, la exhibición destaca el «Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos», de 1932.

Kahlo aparece allí­ en un vestido rosado con una pequeña bandera mexicana en sus manos, dividiendo en dos el cuadro que a uno y otro lado deja en equilibrio paisajes y objetos que representan a las dos culturas a lo largo de la frontera entre los dos paí­ses.

La exposición está acompañada por textos explicativos en inglés y en español.

«Voy muy poco a museos pero esta era una ocasión especial», dijo David Romo, mexicano de 35 años oriundo del Distrito Federal, quien para ver la muestra viajó especialmente desde Nueva Jersey en donde reside y labora en el sector de la construcción.

«No me lo podí­a perder», acota, y cuando se le pregunta por qué la exposición le resulta tan especial, contesta: «Mi identificación como mexicano».

Frida Kahlo «siempre sabí­a que iba a estar regresando a sus raí­ces», resaltó Romo, para quien la exposición está no obstante «muy «americanizada» y no alcanza a dimensionar lo que la artista representa para México.

Para Ricardo Dackstean, jubilado de 73 años residente en Filadelfia, aunque hay algunos aspectos de la vida de Khalo «que son ignorados» en la muestra, se trata de una «interesante exposición».

«Muchos estadounidenses no estaban familiarizados con su trabajo», destacó.

El curador Taylor explicó que, aunque el Museo tuvo acceso a objetos personales de la artista, el concentrar la exposición en obras y fotografí­as «fue una decisión» expresa.

«Frida y su mundo serí­a otra muestra» por sí­ sola, explicó.

La última de las pinturas de la selección aparece sola al final de una sala. «El abrazo de amor del universo, la tierra (México), Diego, yo y el señor Xólotl», de 1949, impresiona por su fuerza.

«Creo que es una de las más fuertes imágenes» de Frida Kahlo, explica el curador. «Realmente querí­amos tener una pintura fuerte al final. Se sabe (así­) que ella fue una gran pintora hasta el final mismo» de su vida, dijo.