Fijarán fin de misión en Afganistán


La OTAN prevé fijar el principio del fin de su difí­cil misión en Afganistán con la transferencia del control de la seguridad a las fuerzas locales entre 2011 y 2014, en una cumbre el viernes y el sábado en Lisboa en la que rediseñará además sus prioridades para la próxima década.


Los dirigentes de la Alianza Atlántica lanzarán un ambicioso plan para traspasar a los afganos la responsabilidad de las operaciones, ahora en manos de unas 150 mil tropas extranjeras, que podrí­an empezar a dejar el paí­s tan pronto como el año próximo.

Al preparar el cierre del capí­tulo más doloroso de su historia, con unos 2.200 soldados extranjeros muertos desde el inicio de la guerra contra los talibanes a fines de 2001, la OTAN prevé comprometerse además en Lisboa a aprender de los errores de esa misión, cuyas lecciones se verán reflejadas en el nuevo «concepto estratégico».

Este será una hoja de ruta que determinará principalmente las prioridades de la organización durante la próxima década y que estará adaptada a las nuevas amenazas: terrorismo, misiles balí­sticos o ciberataques.

Los lí­deres de la OTAN también darán luz verde a un refuerzo del sistema anti-misiles en Europa e invitarán a Rusia a unir el suyo, durante una reunión el sábado al margen de la cumbre con el presidente ruso, Dimitri Medvedev, que servirá para reforzar los lazos entre los antiguos enemigos de la Guerra Frí­a.

Será una cumbre «histórica», anticipó el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, que se reunirá en Lisboa con los 28 jefes de Estado y de gobierno de los miembros de la organización, además del presidente afgano, Hamid Karzai.

«Vamos a entrar en una fase fundamentalmente nueva en Afganistán» con el lanzamiento del proceso de «transición», que empezará a principios de 2011, en una fecha todaví­a indeterminada, y que «si las condiciones lo permiten», se completará en 2014, previó Rasmussen.

El objetivo es que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN traspase el control de la seguridad distrito por distrito, con periodos de transición de entre 18 y 24 meses, al ejército y la policí­a afganos.

El calendario podrí­a permitir la retirada de los primeros contingentes a partir de 2011, mientras que los que permanezcan en el paí­s asiático más allá de 2014 se ocuparán en principio únicamente de apoyar a las fuerzas locales.

No obstante, Rasmussen prevé que hará falta el enví­o de varios centenares de militares suplementarios para entrenar a las fuerzas locales antes de fines de 2011.

Todos los paí­ses de la OTAN y otros 20 participan en la ISAF, si bien dos de cada tres soldados extranjeros presentes en Afganistán son estadounidenses.

La adopción de una estrategia de salida coincide con el recrudecimiento de los ataques insurgentes, en el año más letal para las tropas extranjeras, con casi 650 muertos, pese al refuerzo de la presencia militar estadounidense.

Consciente del riesgo de fracaso y del apoyo menguante de la opinión pública, especialmente europea, a la misión militar en Afganistán, la OTAN prevé lanzar en Lisboa una «asociación a largo plazo» con Kabul, más allá de 2014, una forma de prometer que no abandonará a las autoridades afganas.

Paralelamente, los 28 prevén adoptar su nuevo «concepto estratégico» que reemplazará el anterior de 1999 y prevé hacer de la OTAN un instrumento «más eficaz» frente a las amenazas modernas, según Rasmussen.

Apoyarán además la idea de crear un sistema antimisiles destinado a proteger a la población civil en Europa e invitarán a Rusia a conectar el suyo durante su cumbre con Medvedev.

Finalmente, aprobarán reducir el número de efectivos militares y civiles permanentes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con sede en Bruselas, en tiempos en que la austeridad está al orden del dí­a.