Fidel cumple 10 meses de enfermedad


Enfermedad. El lí­der cubano, Fidel Castro, tuvo que alejarse del poder en Cuba por quebrantos de salud.

El lí­der cubano Fidel Castro abrió esta semana un escenario alterno al vaivén de especulaciones que ha marcado su crisis de salud desde hace diez meses: por ahora se dedica a escribir, un regreso a la vida pública podrí­a demorar y su vuelta al poder queda en suspenso.


Acaparando de nuevo la atención internacional, Castro, quien en agosto cumplirá 81 años, expuso las razones de su prolongada y peligrosa convalecencia, aunque sin revelar el origen de su enfermedad, en un artí­culo publicado el jueves en el diario Granma, el undécimo en dos meses.

El sábado cumplirá diez meses exactos de haber aparecido en público por última vez, en dos actos por la fiesta nacional del 26 de julio. Un dí­a después fue operado de urgencia tras un sangrado intestinal y el 31 proclamó la histórica delegación del mando en su hermano Raúl.

Fue la primera de «varias» cirugí­as que le practicaron sin éxito, reveló Castro en su texto. La gravedad fue tal que dependió «durante muchos meses» de catéteres, pero ahora -dice- está «mejorando», es alimentado por ví­a oral y tiene un peso estable de 80 kilos.

Sin embargo, el lí­der cubano no parece estar pensando en reapariciones públicas en el corto plazo. «Para filmes y fotos que requieren recortarme constantemente el cabello, la barba, el bigote, y acicalarme todos los dí­as, no tengo ahora tiempo», afirmó.

«Hago por ahora lo que debo hacer, especialmente reflexionar y escribir sobre cuestiones a mi juicio de cierta importancia y trascendencia. Tengo mucho material pendiente», dijo, anticipando más editoriales.

Las «Reflexiones del Comandante en Jefe», que Granma comenzó a publicar el 29 de marzo y la mayorí­a dedicadas a fustigar a Estados Unidos por su polí­tica de biocombustibles, dieron cuenta de una mayor actividad, de variadas interpretaciones.

Los comentarios de Castro han dado a Cuba una vigencia mediática. «Fidel está enfermo y no aparece en público y, sin embargo, Cuba, como paí­s, mantiene la misma relevancia», dice Frank. O. Mora, profesor en la Escuela Nacional de Guerra en Washington.

Los cubanos, que han conocido principalmente a través del presidente venezolano Hugo Chávez sobre la evolución de la salud de Castro, esperan desde hace semanas que el «comandante» se refiriera a su situación en los artí­culos.

Tras no aparecer en fechas claves como el 2 de diciembre en un desfile militar en su honor o el 1 de Mayo, en la Plaza de Revolución, los cubanos interpretan cada vez que el ’Comandante’ no está bien.

No obstante, muy dados al simbolismo, siguieron haciendo cábalas apuntando al 26 de julio. «Lo hemos esperado varias veces. Ya que no aparece, querí­amos que él mismo nos dijera cómo está: no está más que pa’escribir. Ya estoy dudando de que aparezca al año», dijo Tania, una empleada aduanera que pedí­a «botella» -auto stop- en un semáforo del Malecón.

Granma ya habí­a sugerido que la ausencia pública de Castro se prolongará aún más, cuando reprodujo un diálogo de cubanos en la Plaza el 1 de Mayo: «No importa si está o no está. A él hay que cuidarlo para que nos dure más y actúe como el sabio que es», dijo uno de los personajes.

El hecho de que no parezca cercana su vuelta a la vida pública abona, según algunos, la incertidumbre sobre el estatus provisional con que Raúl, ministro de Defensa de 75 años, gobierna Cuba en forma colegiada.

El traspaso provisional de poderes «tiene todas las posibilidades de durar». La era post-Castro «ha comenzado claramente», opina la analista francesa Janette Habel, cercana al escritor franco-español Ignacio Ramonet, autor del libro «Cien horas con Fidel».

A juicio del opositor Elizardo Sánchez, que preside una ilegal comisión de derechos humanos, existe en Cuba una especie de «parálisis e inmovilidad» en casi un año de gobierno provisional.

«Cuba es una nave sin timonel, porque esta dirección colectiva no es algo que pueda dirigir el paí­s. No pienso que Fidel pueda retornar al poder. Todas esas cosas que escribe, divagantes, sencillamente son para entretenerse», opinó la opositora Martha Beatriz Roque.

Algunos, sin embargo, no dan nada por sentado. «Con él nunca se sabe. Es el rey del suspenso», comentó Raúl, un cochero de La Habana Vieja.