El líder cubano Fidel Castro estuvo ausente hoy, por primera vez en 48 años, en el acto de la mayor fiesta de la revolución, donde su hermano Raúl ofreció diálogo al futuro gobierno de Washington, rechazado de inmediato por Estados Unidos.
«Si las nuevas autoridades norteamericanas dejan por fin a un lado la prepotencia y deciden conversar de modo civilizado, bienvenido sea», dijo en su discurso Raúl, que sustituye a Fidel en la presidencia debido a que convalece de una delicada enfermedad.
El gobernante interino, ministro de las Fuerzas Armadas, de 76 años, advirtió que, no obstante, Cuba está preparada para defenderse y si un diálogo no prospera «estamos dispuestos a continuar enfrentando su política durante otros cincuenta años si fuera necesario».
«La nueva administración que surja tendrá que decidir si mantiene la absurda, ilegal y fracasada política contra Cuba o acepta el ramo de olivo que extendimos», dijo Raúl, en la tercera vez que ofrece el diálogo, la primera el 18 de agosto y la segunda el 2 de diciembre.
La reacción no se hizo esperar. «El único diálogo real que necesita es con el pueblo cubano. Y pienso que si el pueblo cubano fuera capaz de expresar su opinión sobre la cuestión de si le gustaría o no elegir libremente a sus líderes, la respuesta sería probablemente sí», dijo el portavoz del Departamento de Estado Sean McCormack.
Escoltado por la alta dirigencia política y militar de la isla, Raúl presidió en la oriental ciudad de Camagí¼ey la conmemoración del 54 aniversario del asalto al cuartel Moncada, que por primera vez no contó con la presencia del líder debido a que aún se recupera de su delicada enfermedad intestinal.
«Ya despliega una actividad cada vez más intensa y sumamente valiosa (…), aunque ni en los momentos más graves de su enfermedad dejó de aportar su sabiduría y experiencia ante cada problema cardinal», dijo Raúl, al referirse a los artículos que publica su hermano.
La simbólica fecha marca el primer año de convalecencia de Castro, visto por última vez en público en la pasada celebración del 26 de julio, cuando pronunció dos discursos en las ciudades de Bayamo y Holguín, a unos 750 km al sureste de La Habana.
Al día siguiente, Castro, quien en agosto cumplirá 81 años, fue sometido a la primera de varias operaciones por una crisis intestinal, y el 31 de julio cedió el poder a Raúl.
«No se podría siquiera sospechar el duro golpe que esperaba a Cuba. Han sido meses difíciles», apuntó Raúl, tras destacar que funcionarios de Estados Unidos entonces «soñaban con que se entronizaría el caos y que el socialismo cubano terminaría por desplomarse».
Ondeando banderitas de Cuba, bajo un cielo despejado y en una calurosa mañana, más de 100.000 personas asistieron al acto, celebrado en la Plaza de la Revolución de la ciudad de Camagí¼ey, 540 km al este de La Habana.
A diferencia de otras cinco fechas o actos simbólicos del último año, esta vez no se esperaba una reaparición pública del gobernante, sobre todo luego de que el miércoles se anunció que el acto sería presidido por Raúl.
Varios cubanos interpretaron la ausencia de Fidel como una clara muestra de que no está listo para volver. «Ya tiene edad y le falta salud, debe dejar a otros seguir con la revolución», dijo a la AFP José Gutiérrez, de 21 años, en la Plaza de Camagí¼ey.
Desde que fue visto por última vez hace un año, Fidel sólo ha aparecido en fotos y nueve videos, y desde el 29 de marzo publica en la prensa sus «Reflexiones del Comandante en Jefe».
En el marco de la celebración de esta fecha patria, fue presentado en Camagí¼ey el libro «Reflexiones de Fidel», que compila 18 de los 31 artículos hasta ahora escritos por Castro, la mayoría contra Estados Unidos.
En el último video, difundido el 5 de junio, el líder cubano apareció más recuperado de peso, de buen ánimo, pero aún frágil y aún con cierta dificultad para hablar.
Desde esa vez no se tiene detalles de la salud de Castro, quien en un mensaje emitido el 24 de mayo precisó que había sufrido «varias operaciones», pero sin mencionar nada sobre un eventual retorno al poder.
Tras la celebración del 26 de julio, Cuba se mete de lleno en el proceso electoral que iniciará en octubre y concluirá en abril de 2008, cuando se decidirá si Castro continuará al frente del gobierno.
El diálogo que el gobierno de Cuba necesita es «con el pueblo cubano», dijo hoy a la prensa el portavoz del Departamento de Estado Sean McCormack, al rechazar el «ramo de olivo» ofrecido horas antes por el presidente provisional de la isla, Raúl Castro.
«El único diálogo real que necesita es con el pueblo cubano. Y pienso que si el pueblo cubano fuera capaz de expresar su opinión sobre la cuestión de si le gustaría o no elegir libremente a sus líderes, la respuesta sería probablemente sí», expresó McCormack.
«Desafortunadamente, no hay un diálogo en Cuba en este momento. Por lo tanto esperamos el día que el pueblo cubano tenga la oportunidad de tener este diálogo libre y abierto. El diálogo debe ocurrir en Cuba», añadió el vocero.