FIDA, un proyecto que avanza


«El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no se debe quejar si se le escapa»

Cervantes

Edith González

Durante los últimos años el Fondo de Inversión de Desarrollo Agrí­cola, FIDA, ha apoyado la ejecución de proyectos de desarrollo rural con la caracterí­stica de participación comunitaria y autosostenible en Quiché a través de su programa Proderqui, el que fue creado para contribuir al cumplimiento de los Acuerdos de Paz y apoyar la creación de condiciones que facilitaran un proceso de desarrollo económico productivo; y en las Verapaces, a través de Prodever que tiene como objetivo reducir la pobreza incrementando la participación y transfiriendo gradualmente la responsabilidad de implementación de servicios a los beneficiarios. Los dos funcionan con fondos otorgados por el FIDA a través del Fondo Nacional para la Paz, Fonapaz, que dirige í‰dgar Ajcip.

Enrique Murgia, gerente de Operaciones de programas FIDA para América Latina y el Caribe durante su reciente visita a Guatemala expresó su satisfacción por el adecuado uso de recursos y la transparencia de su ejecución, la que se mide por auditorí­as externas, pero igualmente por los logros del programa el que cuenta con equipos técnicos de alta calidad y gente con mucha mí­stica, comprometida en el manejo de la inversión.

Sólo así­ se ha podido logra el desarrollo y organización que se observa en las comunidades y sobre todo la generación de empleo e ingresos que permiten mejores niveles de vida a las familias, las que ahora comercializan directamente sus productos, incluso al extranjero.

Esta semana, cuando representantes de FIDA, su presidente adjunto de operaciones, señor Kevin Cleavery y la directora para América Latina y el Caribe, señora Isabel Lavadenz-Paccieri se reunieron en nuestro paí­s con el objetivo de participar en el encuentro ’Compartiendo experiencias sobre el desarrollo rural en la subregión de México y Centroamérica’, se mostraron muy satisfechos por la labor desarrollada especialmente porque se ha producido una transformación no sólo en la comercialización, sino en el entorno familiar con el manejo de su propios recursos crediticios que les benefician en su desarrollo personal, y demuestran la efectividad de la organización comunitaria con enfoque de género.

Durante la evaluación de oportunidades, desafí­os y la presentación de estrategias de los programas se escucharon las vivencias de los representantes de las organizaciones rurales quienes han obtenido beneficios comunales en materia de caminos, sistemas de agua, miniriegos, y asistencia técnica.