La gente del área rural de Guatemala se define como campesina, no indígena, mostrando, dolorosamente, los efectos de la discriminación.
Enrique Murgía
Siguiendo el principio de atención a las comunidades más necesitadas, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, de las Naciones Unidas, FIDA, atiende en nuestro país desde el año 2000 dos regiones con sus proyectos: Prodever en Alta y Baja Verapaz, y Proderqui en el Quiché.
Este último además de lograr más allá del éxito esperado, se ha convertido en modelo a nivel mundial. Y es que según cuenta Juan Santos Castro, uno de los 330 agricultores afiliados a la «Asociación de agricultores integral El Sembrador» Agrisem en Uspantán-Quiché, que se vio beneficiado, ahora además de conocer de abonos, fertilizantes, semillas y siembras aprendió a negociar sus productos, teniendo acceso al mercado internacional lo que resulta en ayuda para su familia y la de cada afiliado, ya que estas no se ven afectadas por la migración interna o externa, lográndose además mejoras en educación, salud y vivienda al obtener más ingresos con una sostenibilidad propia.
Enrique Murgía, Director para América Latina de FIDA, explicó que ahora con el apoyo del gobierno del presidente Colom con quien comparten la premura de responder a las necesidades del área rural, finalmente se logró abrir un nuevo espacio. «El proyecto Progreso» que atiende Totonicapán, Huehuetenango, San Marcos, Sololá y Quetzaltenango. Mismo que funciona para lograr que el pequeño productor tenga capacidad de producir, vender y sostener el fruto de su cosecha. Y anunció que antes que finalice el año esperan echar andar el proyecto Oriente, que cubrirá esa región del país teniéndose contemplado invertir 80 millones de dólares para el desarrollo rural.
El trabajo de apoyo técnico se realiza a través de Fonapaz y se tiene una buena relación con el presidente Colom con líneas de pensamiento y acción coincidentes para reducir la pobreza en el área rural de Guatemala, expresó Murgía.
Quien, además, insistió en la necesidad de llevar a cabo alianzas estratégicas con el sector privado que permitan fortalecer al campesino el área rural. Para lo cual, organización es la clave, tanto como la ligadura con el poder local y el conocimiento por parte de los técnicos del idioma, costumbres y creencias de las comunidades en donde trabajan para respetar la pluriculturalidad y el multilingí¼ismo de las comunidades con inclusión de género, que permita el desarrollo sin perder la identidad y revalorizando los diseños propios para mejorar la autoestima.