Miles de libios bailaron y lanzaron vítores ayeren las calles de Bengasi para celebrar la orden de detención de la Corte Penal Internacional contra el líder Moamar Gadafi por crímenes de guerra, tras acusarlo de matar a civiles que se levantaron contra su gobierno.
La orden de la corte intensificó las presiones sobre el régimen de Gadafi, ya atacado por operaciones aéreas diarias. La OTAN espera que la medida aliente a aliados clave para que lo abandonen, pero también reduce los incentivos para que Gadafi pueda aceptar un acuerdo pacífico para dejar el poder por el riesgo de ser capturado.
TRIPOLI / Agencia AP
La corte de La Haya, Holanda, carece de facultades para aplicar la orden, y la única posibilidad ahora para aprehender a Gadafi radica al parecer en los rebeldes que luchan por deponerlo.
En las Naciones Unidas, el jefe de asuntos políticos B. Lynn Pascoe afirmó que los insurrectos tienen ahora una leve ventaja militar sobre las fuerzas de Gadafi. Los rebeldes no han podido penetrar el centro de poder del líder libio en Trípoli y el lunes reconocieron la incapacidad de capturar a Gadafi por su cuenta.
La corte también emitió órdenes de detención contra el hijo de Gadafi, Seif al-Islam Gadafi, quien aspira a ser su sucesor, y contra el jefe de la inteligencia libia Abdulá al-Sanoussi.
Los jueces anunciaron que los tres son buscados por orquestar la matanza, lesión, arresto y encarcelamiento de cientos de civiles durante los primeros 12 días del alzamiento popular para derrocarlo tras más de cuatro décadas en el poder, y por intentar encubrir los presuntos delitos.
La magistrada presidenta Sanji Monageng, de Botsuana, describió el lunes a Gadafi como el «gobernante indiscutible de Libia», quien tiene «un control absoluto, definitivo e incuestionable» sobre las fuerzas militares y de seguridad del país.
El régimen de Gadafi recusó la autoridad de la corte y rechazó los cargos al considerar que tenían motivos políticos.
«Todas sus acciones (de la corte) están dirigidas contra los gobernantes africanos», dijo el domingo el vocero gubernamental, Musa Ibrahim, a la prensa. La delegación del régimen libio afirmó que la corte ignora lo que calificó de crímenes de la OTAN en Afganistán, Irak «y ahora en Libia».
Horas después de anunciarse las órdenes, decenas de simpatizantes de Gadafi irrumpieron en los terrenos de un hotel en Trípoli donde los periodistas extranjeros son obligados a permanecer. Los manifestantes corearon lemas en apoyo a su líder, que está en el poder desde 1969. Por la noche, sonaron disparos en varios puntos de la ciudad.
En contraste, millares de libios ingresaron a la Plaza de la Libertad en el bastión rebelde de Bengasi, en el oriente de Libia, donde las mujeres lanzaban exclamaciones de alegría y varios hombres disparaban armas al aire para celebrar.
En Trípoli, dos explosiones estremecieron el lunes el área cercana al complejo de Gadafi. Autoridades libias dijeron que la OTAN disparó dos misiles contra el autobús personal del líder libio.
No hubo reportes de muertos. Las autoridades dijeron que dos personas resultaron ligeramente lesionadas en el ataque.
También el lunes, un grupo juvenil antiGadafi llamado Movimiento Generación Libre difundió un video en que varios activistas intentan quemar en una calle un enorme cartel de Gadafi, al parecer en el corazón de Trípoli. La imagen fue parcialmente dañada. De inmediato no fue posible verificar en fuentes independientes la fecha y el lugar del video.