Fernando Lugo, derrota al Partido Colorado


Por estos dí­as Paraguay como paí­s mediterráneo de Sudamérica, de 406,752 kilómetros cuadrados, con una población estimada en seis millones de habitantes, ocupa titulares en los medios de comunicación social en ocasión de haber celebrado elecciones generales el domingo 20 de abril del 2008, habiendo sido proclamado por las autoridades electorales competentes como ganador a Fernando Lugo con un 40.82% de los votos válidos. La poderosa maquinaria electoral del Partido Colorado encabezada por el presidente Nicanor Duarte no fue suficiente para detener el triunfo de la oposición pese a una intensa guerra psicológica practicada en las postrimerí­as de la campaña electoral, situación que preocupaba tanto a los pací­ficos guaraní­es como a los observadores internacionales acreditados para velar porque se cumpliera con la Constitución del Paraguay sancionada el 20 de junio de 1992, que reconoce al pueblo como su soberano (Art. 2).

Lic. Raúl Armando Búcaro

La memoria histórica latinoamericana registra que la República del Paraguay estuvo gobernada por treinta y cinco años (1954-1989) por el General Alfredo Stroessner en un escenario mundial caracterizado por la «guerra frí­a» y la aplicación de la «doctrina de la seguridad nacional» como razón de Estado. Su protagonismo histórico lo alcanzó con el apoyo del Ejército y el Partido Colorado, como factores reales de poder que le garantizaron «mandar» en Paraguay por sobre la voluntad del soberano. Neutralizó a la izquierda y centro izquierda que amenazaban los valores de la «propiedad privada» y «la libertad religiosa», gobernando bajo el lema de «Paz, trabajo y bienestar con Stroessner». En 1989 es depuesto y va al exilio dorado en Brasilia, Brasil en donde muere el 16 de agosto del 2002. Los sables si hací­an ruido en América Latina por esos dí­as.

Bajo el paraguas de la Constitución del 1992 los paraguayos optaron por el ex obispo católico Fernando Lugo con la esperanza que pueda enfrentar el reto de abatir la pobreza que padecen el 40% de su población. La gobernabilidad no la tendrá fácil porque el Partido Colorado obtuvo el 30.72 % de los votos válidos lo que le convierte en al segunda fuerza polí­tica beligerante a tomar en cuenta en las decisiones de Estado. Por otro lado, Fernando Lugo parece contar con el apoyo de muchas organizaciones comunitarias que por mucho tiempo habí­an sido ignoradas en sus demandas sociales y que el domingo 20 de abril demostraron tener voz y voto. Considero que el gobernante deberá construir la unidad nacional del pueblo del Paraguay como condición necesaria para trabajar el «cambio» propuesto en la contienda electoral. Por extensión, los cambios reales son añorados en toda América Latina.