Fernando Botero


Baño, ejemplo clásico de la estética de Botero.

EL CREADOR DEL ESPERPENTO HISPANOAMERICANO CUMPLE 75 Aí‘OS

Considero que no hay que presentar a Fernando Botero, pues sucede que es el pintor hispanoamericano más aclamado de la actualidad. Además, acaba de celebrar sus 75 años, y en todo el mundo han conmemorado esta fiesta con exposiciones de su obra.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Pero, para no pecar de irrespetuoso, anotaré lo esencial del pintor: Fernando Botero, nació en 1932, en Bogotá, Colombia, y se ha caracterizado por su estética de pintar gordos.

En sus primeros pasos como pintor, Botero no pintaba así­; fue hasta que viajó a Madrid a estudiar artes plásticas cuando se encontró con los cuadros de Goya (1746-1828), y conoció qué era el esperpento.

Para quienes no lo sepan, el esperpento es la estética de lo deforme. El que mejor lo ha definido ha sido el escritor español Ramón Marí­a del Valle-Inclán (1866-1936), en su obra de teatro Luces de bohemia, en donde textualmente se lee: «El esperpento lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento (…) Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. (…) Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.»

A grandes rasgos, Goya tuvo dos vertientes de pintura: los cuadros negros, en donde pintaba personajes decrépitos, deformes, casi esqueletos y realizando acciones poco virtuosas.

La otra vertiente de pinturas de Goya fue la de los cuadros cortesanos; los Reyes de Madrid colgaron sus retratos elaborados por Goya en los palacios, y fue mucho después que los herederos se dieron cuenta que el pintor los habí­a caracterizado con expresiones estúpidas, burlándose finamente de ellos.

Volviendo a Botero, éste modificó su estética luego de ver a Goya; sus «gordos» no son comparables con los «cuadros negros» negros del pintor español, ya que éstos presentaban persoanjes grotesto, casi cadavéricos, y, sobre todo, oscuras. En cambio, los personajes de Botero son más bien «rellenitos»; y en lugar del predominio de las sombras, mucha luz.

Lo que sí­ se puede establecer de relación entre los dos pintores es que los dos muestran personajes grotescos, y ambos se burlan de la sociedad, mostrando una crí­tica fina y cruel, al mismo tiempo.

Si Goya y Valle Inclán presentaron a los héroes clásicos de España y Europa deformados, Botero presenta a los personajes hispanoamericanos también deformados, «como vistos en un espejo cóncavo», dirí­a el escritor español.

Como es obvio, Botero refleja personajes deformes, pero que representa más fielmente nuestra realidad actual. El esperpento buscaba, pues, esto, una visión más realista de la sociedad; y Botero lo logra.

í‰se ha sido su gran éxito, además de que en sus cuadros debemos vernos tal y como somos en la realidad: esperpénticos y deformes.