Ud. ve al Procurador de los Derechos Humanos, a las secciones específicas sobre mujeres de esa misma procuraduría, a grupos de organizaciones de mujeres de esto y de lo otro, organismos internacionales tales como Amnistía Internacional, etc. etc. etc. que protestan porque los asesinatos de mujeres se han incrementado en Guatemala de manera alarmante en los últimos años, pero son sólo eso, protesta, protesta.
El asesinato de mujeres había sido hasta unos años atrás, cosa rara y cuando esto ocurría era producto exclusivamente de la violencia intrafamiliar, cuando esta llegaba a extremos incontrolables, debido a que la mujer era considerada como algo inmune a un ataque violento que pudiera segarle la vida.
En todas las protestas que han sido aprovechadas por algunas personas y por ciertos grupos para robar cámara, pero sin dar ni siquiera una opinión de por qué puede estar sucediendo esto, se ve que el problema lo enfocan como manera de darse a conocer, pero sin el ánimo de vislumbrar una posible solución.
Sé que es un problema difícil, pero se supone que para ayudar a resolver esas situaciones reciben grandes cantidades de dinero y hay más de alguno que en salarios y prebendas sobrepasan el millón de quetzales anual.
Debido a que en nuestra sociedad la mujer tenía cierta inmunidad, el crimen organizado y las pandillas juveniles las empezaron a usar como cobradoras de extorsiones y de los famosos impuestos a negocios y al servicio de transporte, lo cual al generar jugosos dividendos, también genera ambiciones, siendo que al despertar dudas en la entrega de cuentas, la solución más simple es su eliminación, ya que no se pueden dar el lujo de dejarla viva y que revele datos confidenciales.
Ojalá que la mujer pase a ser nuevamente algo muy querido y respetado, tal como se pregona en el mes de mayo.