Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo en la medida de las posibilidades


A sólo una semana de iniciar un nuevo conteo del tiempo, me permito ingresar al tumulto de los grandes y consumistas deseos mundiales porque el año venidero sea de paz y alegrí­a para todos los habitantes de Guatemala.

Fernando Mollinedo

Esa paz y alegrí­a de forma natural será el continuar viviendo en este paí­s que año con año nos da esperanza para mejorar nuestro nivel de vida; nos espera un buen futuro educativo con oportunidades de trabajo, nos permitirá vivir en la sociedad sin el temor de la delincuencia común y mucho menos de la delincuencia organizada y de la delincuencia estatal, liderada por personas que haciendo a un lado la proyección social se han dedicado al amasamiento de fortuna económica al amparo del erario nacional.

Feliz Año Nuevo para todos aquellos que con su trabajo han aportado los impuestos suficientes al Estado para que los funcionarios los dilapiden de forma descarada y demuestren una vez más que en Guatemala se ha ganado el tí­tulo de uno de los paí­ses más favorables para los negocios ilí­citos y para el hurto, robo y/o hueveo gubernamental.

Feliz Navidad para todos, aunque nosotros como sociedad no celebremos la navidad con el espí­ritu real de lo que significa, porque somos una sociedad obligada al consumismo para beneficio del mercado de los grandes empresarios del comercio legal e ilegal que florece al amparo de las autoridades fiscales. Feliz Navidad para todos aquellos que tienen encima la angustia de sobrevivir el próximo año con la implacable carestí­a de la canasta básica y con el desaliento de no ver un mejor porvenir generado por el Estado.

Otra vez se viene la cascada de ofrecimientos por una vida mejor mientras los ex funcionarios gozan de los placeres de gastar dinero mal habido a manos llenas, con suntuosidades dignas del boato cruel que lastima a la mayor parte de la sociedad guatemalteca; ¿se puede desear Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo al pueblo paupérrimo que no tiene ingresos económicos suficientes para vivir con el mí­nimo de dignidad humana?

¿A quién hace feliz la navidad? ¿A los pequeños niños y niñas que en su inocencia sólo esperan regalos de sus padres y madres?, ¿Será Feliz Navidad para aquellas y aquellos abnegados proveedores y proveedoras del sostenimiento de los hogares integrados o de madres solteras?, ¿O para todos aquellos supervivientes que durante el año dos mil siete no han sido asesinados?

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo, frases trilladas que llenas de doble moralidad exclaman aquellos que se han beneficiado con las acciones polí­ticas fraudulentas que como corolario han tenido el pago pecuniario por un trabajo inexistente; pero? así­ es Guatemala, un paí­s que sigue su caí­da en la vorágine que precipita a la pobreza.

¿Cómo nos atrevemos a desear un Próspero Año Nuevo a nuestros congéneres cuando la realidad del paí­s se vislumbra un incierto futuro en materia económica, de seguridad pública y de salud? Pero para muchas personas eso no importa, lo correcto es estar al dí­a con la costumbre y seguir adelante. Entonces? Tengan todos ustedes muy Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.-