Feliz Navidad


Cada uno es artí­fice de su propia ventura

Cervantes

Edith González

Pronto estaremos conmemorando una vez más al nacimiento del Niño Jesús. Una fiesta religiosa a la que le hemos trastrocado de tal manera su significado que lo que menos hacemos es meditar, rezar, o buscar la armoní­a y la paz.

Mostramos un reflejo de cómo se conduce la sociedad actual. Hemos perdido los valores que nos hací­an grandes como personas, dejamos de practicar las virtudes humanas y nos encaminamos cada vez más hacia el reconocimiento del poseer más que del ser.

Nos endeudamos por comprar lo que no nos hace falta, por adquirir lo que está de moda, por regalar sin medida y por celebrar sin control. Y es esta la época que los comerciantes aprovechando de nuestro «espí­ritu navideño de consumismo» elevan el precio de los productos, sin que nos percatemos de ello.

Es doloroso presenciar entre los pilotos automovilistas y autobuseros escenas grotescas de insultos y golpes, la que han llega incluso a los balazos, por un parqueo, o falta de cortesí­a al conducir.

Serí­a bueno para nosotros mismos y nuestros seres queridos que nos detuvieramos a considerar el tiempo como un regalo especial y dedicáramos algunas horas a charlar, escuchar y compartir los sueños, deseos, las aspiraciones e igualmente una audición de música navideña, una obra de teatro, una taza de café o un paseo.

Todo depende de cada uno, podemos comprar los juguetes y ropa de moda, pero no podemos comprar el tiempo ni la compañí­a y como dicen lo que dejes de hacer hoy podrí­as lamentarlo mañana.

Aprovechemos los dí­as igualmente para fortalecer nuestra identidad, elaboremos un nacimiento, practiquemos nuestras tradiciones, reencontrémonos con nuestra familia y pongamos en orden nuestra casa espiritual para iniciar mejores y renovados una nueva etapa el año que llega con nuevas autoridades.

¿Y por qué no? Participemos de una coperacha, de esas que hay muchas en esta época y compartamos lo que tenemos y lo que somos con niños, ancianos y enfermos.

Y sobre todas las cosas, pensemos en el futuro, utilizando adecuadamente nuestros recursos, ahorremos para una eventualidad, la compra de útiles escolares, las inscripciones estudiantiles, el pago de la casa.

Es igualmente el momento de revisar el cumplimiento de nuestros propósitos y de reelaborar las nuevas metas para el año venidero. Recuerde incluir acciones de amistad solidaridad y concordia, para lograr un mejor paí­s.