Gran alegría me causó que este 15 de Septiembre, dos de mis nietos (pre y kinder), se acercaron a mí de mañana para abrazarme y decirme: «Â¡Feliz día de la Patria, abuelito!», me emocioné. Por otra parte, otra mi nietecita estaba feliz porque en su escuelita fue la abanderada de su aula. Los tres ya se saben la letra de nuestro Himno Nacional. En sus respectivos centros educativos hubo actos alusivos a nuestra magna fecha, 15 de Septiembre.
Estas actitudes infantiles, al menos a mí, me hacen ver que se perfila un mejor porvenir ciudadano para estas generaciones que se inician, pues no es solo a nivel intrafamiliar que se observa un cambio cívico con la forma en que este año se volcó la niñez y la juventud para celebrar el 15 de Septiembre. Y digo esto porque en las actuales juventudes así como en adultos, hay total desprecio a nuestros sagrados símbolos patrios, la Bandera y el Himno Nacional. Cuando he asistido a actos públicos o privados al entonarse el Himno Nacional, los asistentes se ponen de pie pero en tanto se escuchan las notas de nuestro Himno interpretadas por un Coro invitado o en grabación, la mayoría están distraídos, platican o se ríen, y casi no se dan cuenta cuando se terminó la interpretación.
El recién pasado 15 estuve presente en uno de los varios actos que se realizaron en la Colonia Ciudad Nueva, zona 2 citadina. Había un estrado, un conjunto e marimba estuvo amenizando, fue por la tarde, en un momento nuestra cantante Rebeca subió para interpretar el Himno Nacional con el fondo de una grabación. Los marimberos estarían a su derecho como un metro y medio de distancia, y sin respectar la entonación del himno y sin la menor compostura empezaron a movilizarse hablando en voz alta, como digo, próximo a Rebeca que cantaba el Himno, golpearon la tarima con la marimba, saltó el disco con la música. Rebeca se descontroló, tuvo que ver por dónde iba la grabación y después de un bache, pudo continuar. Esto que hicieron los marimberos, sin el menor conocimiento cívico, es una falta de lesa Patria. Y de los asistentes, solo un señor se colocó al frente con la mano derecha sobre el pecho, el que esto escribe y su familia también, los demás, con gorras y sombreros puestos y distraídos.
Esto sucede porque desde hace varias décadas atrás, especialmente por la politiquería, se ha descuidado el nacionalismo, el cual las autoridades actuales correspondientes deben empeñarse en reconquistarlo.
ITEM MíS: Resulta que el 14, víspera de nuestra magna fecha, de un telenoticiero local, por la tarde, se hizo una apología de los mariachis estilo mejicano, esto no venía al caso, por otra parte en otro medio de TV, similar, se estuvo promocionando «El Grito», y posteriormente se realizó un acto a las doce de la noche en el Obelisco. Tengo entendido que ese Grito es de origen mejicano. Según la Historia nuestra, la declaratoria de Independencia, de Centroamérica, fue a eso de las diez de la mañana del día 15, cuando doña Dolores Bedoya de Molina, legítima prócer, llegó a la entonces Plaza de Armas con marimbas y cohetes a presionar a los españoles y españolistas, no Próceres, para que declararan la independencia. Nada que ver con gritos nocturnos.
Reitero, pues, que la actitud de las actuales generaciones es una esperanza en el reencuentro de nuestra nacionalidad guatemalteca.