Israel manifestó oficialmente hoy su satisfacción por las afirmaciones sobre Jerusalén del candidato demócrata a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Barak Obama, que provocaron un categórico rechazo de parte de los palestinos.
Ayer, Obama consideró que Jerusalén «debe ser la capital de Israel y debe permanecer indivisible», durante un discurso pronunciado en Washington ante los delegados del American Israel Public Affairs Council (AIPAC), el principal lobby pro israelí en Estados Unidos.
Este discurso del candidato demócrata, abiertamente favorable a Israel, trató uno de los temas más explosivos en las conversaciones israelo-palestinas.
Durante la guerra de junio de 1967, Israel conquistó y luego anexó la parte árabe de Jerusalén. Esta anexión nunca fue reconocida por la comunidad internacional. Casi todas las embajadas, incluyendo la de Estados Unidos, están instaladas en Tel Aviv.
Por su parte, los palestinos quieren que Jerusalén Este, donde viven unos 250 mil palestinos, sea la capital de su futuro Estado.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, de visita en Washington, se apresuró a calificar al discurso de Obama de «muy emocionante».
«Su aparición fue muy impresionante. Sus palabras sobre Jerusalén fueron muy emocionantes», se congratuló Olmert. «Si Obama es electo, discutiremos con él todas las cuestiones, si se presentan y cuando se presenten», agregó.
Olmert fue el primer responsable oficial israelí que reaccionó públicamente al discurso de Obama. Inicialmente, el ministerio de Relaciones Exteriores de Israel se había negado, para no provocar eventuales acusaciones de injerencia en los asuntos interiores de Estados Unidos.
Por su parte, el embajador de Israel en Washington, Salai Meridor, trató de mantener cierta neutralidad.
«Los discursos que los tres candidatos a la presidencia norteamericana (Barack Obama, Hillary Clinton por los demócratas y John McCain por los republicanos) pronunciaron ante los delegados de la AIPAC fueron muy importantes y muy alentadores», declaró Meridor a la radio pública.
Este diplomático también minimizó el alcance de las declaraciones de Obama, recordando que «el Congreso reconoció en varias oportunidades en el pasado a Jerusalén reunificada como la capital de Israel, mientras que la administración norteamericana mostraba más prudencia».
De esta forma aludía al proyecto mencionado a menudo por presidentes estadounidenses, pero jamás llevado a la práctica, de trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
Del lado palestino, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, así como los islamistas del Hamas, denunciaron las afirmaciones del candidato demócrata Obama.
«Nosotros rechazamos esas declaraciones. Jerusalén es una de las cuestiones que están siendo negociadas. Todo el mundo sabe perfectamente que Jerusalén Este fue ocupada en 1967 y nosotros no aceptaremos un Estado sin Jerusalén, eso debe quedar claro», dijo Mahmud Abas a los periodistas en Ramala.
En la franja de Gaza, el Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica palestino), que controla ese territorio desde el año pasado, también criticó a Barack Obama.
«Nosotros consideramos que las declaraciones de Obama constituyen una nueva prueba de hostilidad de los responsables norteamericanos hacia los árabes y los musulmanes», dijo Sami Abu Zuhi, un portavoz del Hamas.