Fe perdida


Deprimente es oí­r, ver y leer la constante manipulación que un sinfí­n de medios divulgativos hacen, todos tendientes a manipular la opinión en sentido de votar nulo o no votar; no se dan cuenta del daño que causan, y si el cuarto poder no influye en determinada dirección, como debe ser, tampoco debe inclinarse por la abstención.

Carlos Asturias

Perfecto es no forzar o dirigir en determinada dirección, pero de eso a marcar el abstencionismo como solución es una abismal diferencia. Por todos lados vemos figuras de ideologí­as un tanto diferentes aliándose para conformar cuadros de atractivo electoral y es porque el ciudadano honesto no quiere verse inmiscuido en nada que se preste a dudar de su honorabilidad.

No son los nombres de los partidos polí­ticos los que marcan la corrupción, narcotráfico o contrabando, son las figuras de sus financistas secretarios, y como persistentemente se usan datos que puedan ser corroborados o que sirvan como motor de arranque, me permito recordar lo que personalmente me consta.

En determinado momento y apoyándose en la figura que he mantenido y mantengo en Petén, fui visitado en mi casa en ese entonces, en Ciudad Flores, Petén. Llegó el representante de los 12 municipios a ofrecerme la candidatura de diputado por la UCN. Con mi completo desconocimiento de lo complejo y cómo se juega la porquerí­a de elección, mi primera observación fue preguntar si era de común acuerdo entre las bases. Se me confirmó, mas el primer tropiezo fue cuando se me solicitó me presentara en Ciudad Guatemala, para fijar las bases.

Tal y como lo hice, me presenté en la 18 calle, por allí­ atrás de la estación del ferrocarril, local de UCN; los encargados de recibirme fueron Ramiro de León y Telésforo Guerra K. (beliceño).

Con ese orgullo que en realidad en Guatemala es un lastre, y muy molesto les indiqué que mi examen para obtener el tí­tulo de Ingeniero ya lo habí­a llevado a cabo, pues aparte del cuestionario al que se me quiso someter, se hablaba de un depósito económico que ni tení­a ni hubiese aportado; me levanté y me retiré. En la sala estaba el doctor de Poptún (Dí­az), quien también salió, y en una cafeterí­a de la zona uno nos bebimos un café. El doctor regresó y tení­a los fondos que solicitaban, por lo que se convirtió en el diputado por Petén, en representación de UCN.

Tres meses antes de la elección fui invitado por Serrano para colaborar, y aunque sabí­a que era una lucha desigual y no de mi agrado, por orgullo acepté, total la UCN no ganó y Serrano sí­ lo hizo; por supuesto se me ofreció la Gobernación de Petén, la cual ?y se puede comprobar? jamás fue utilizada para fines personales y menos en menoscabo del departamento. Jamás en sopas de cebolla.

En determinado momento y ante las constantes denuncias que mantení­a sobre la corrupción, fui citado por Espina en Bethel, en presencia de Manuel Conde, a quien no sé si se recuerda los mandé a volar y les dije que habí­a aceptado colaborar, ¿cierto o mentira, Manuel? En otro determinado momento y ante el respeto que me gané por mi práctica de la verdad, Serrano me dijo «ya le quité a Manuel, ¿ahora a quien?», pero eso es de otra historia, en donde y como siempre el Estado Mayor jugó un papel sumamente importante en esa corrupción. Jamás pregoné mi práctica católica mientras asistí­a a las comidas de striptease en USA.