Farsantes


Cuando la tendencia mundial apunta a la desmilitarización, en Guatemala, como siempre, se hace lo contrario: el presidente de la República anuncia la inserción de 100 soldados más a las fuerzas armadas. ¿Para qué? Quién sabe.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

De hecho, ni siquiera comprendo para qué sirve el Ministerio de la Defensa y en qué utiliza todo el dinero que se le asigna. Me repugna el enorme gasto en seguridad para el mandatario y su familia; sin mencionar los atropellos que sufrimos quienes conducimos por las calles cuando el batallón presidencial arriba.

En Guatemala la gente se muere de hambre, se muere de pobreza, de abandono, de violencia generada por problemas que el mismo Ejército ocasionó años atrás. En este paí­s la mayorí­a sobrevivimos, pasamos los dí­as viendo ya sin asombro esos abusos de poder: los Q82 millones perdidos del Congreso, las ausencias de los diputados en sus curules -sin descuentos de salarios-, los viajes de quienes nos dirigen, los nombramientos de personas ineficientes en puestos pagados con nuestros impuestos…

Las calles se deterioran más, ocasionando más muertes; la miseria se acentúa, provocando más violencia y miedo. El área rural «consentida» con quién sabe qué intenciones con remesas familiares, se aleja más cada dí­a. El sistema educativo va en detrimento. En los hospitales públicos y del Seguro Social la gente se muere en los pasillos. Y esa hambre, hambre de tantas cosas, se multiplica, tiñe el mapa, a pesar de que el himno nacional resuene todos los dí­as a las 6 de la mañana y a las 18 horas en muchas radiodifusoras y se cante en diversos idiomas mayas.

Quieren más soldados. No se dan cuenta de que su sola figura estremece, recuerda el terror, el dolor, la muerte. Quieren más soldados, y todos los que hay ahora ¿dónde están?, ¿de qué manera justifican su salario? Ellos, los soldados, los de abajo; los coroneles y generales, los de arriba. ¿De qué manera justifican los onerosos salarios y dietas los funcionarios públicos?

Prometieron tanto, se aporrearon el pecho y se rasgaron las vestiduras, las cuales están cambiando por tacuches de corte inglés, lociones francesas de duty free y otros accesorios que estimulan su ego y sus emociones.