Fariñas no pudo recoger premio Sajarov


La Eurocámara marcó hoy con una silla vací­a, el mismo sí­mbolo que representó al chino Liu Xiaobo en la entrega del Nobel de la Paz, la ausencia del disidente cubano Guillermo Fariñas en la ceremonia del premio Sajarov, al no haber sido autorizado a salir de la isla.


«Esta silla vací­a demuestra cuán necesario es este premio» que cada año homenajea a una figura defensora de los derechos humanos en el mundo, declaró el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, señalando el mueble cubierto con una bandera cubana en el hemiciclo, en Estrasburgo (Francia).

«A pesar de que activistas como Guillermo Fariñas son perseguidos (…) su voz no puede ser silenciada: el papel del Parlamento Europeo es difundir su voz», declaró Buzek.

Fariñas, de 48 años, esperó en vano hasta el último momento el permiso necesario para salir de Cuba y viajar a Francia para recoger el premio.

Buzek lamentó que las autoridades cubanas, que hasta ahora mantienen un absoluto mutismo, no le concedieran la autorización al disidente, pese a haber escrito la semana pasada al presidente Raúl Castro pidiéndole el permiso.

Reclamó además la liberación «inmediata» de todos los presos polí­ticos cubanos y pidió a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, entablar un «diálogo con la sociedad civil» cubana.

Psicólogo y periodista, Fariñas ha protagonizado 23 huelgas de hambre, la más sacrificada de ellas este año, durante 135 dí­as, a raí­z de la muerte el 24 de febrero de Orlando Zapata, que falleció siguiendo la misma protesta.

En un discurso grabado y retransmitido en el hemiciclo, Fariñas llamó a los europeos a mantenerse firmes con las autoridades cubanas.

«Mi mayor esperanza es que no se dejen engañar por los cantos de sirena de un cruel régimen de comunismo salvaje», cuya «única aspiración» es que la Unión Europea (UE) levante la Posición Común, un documento que exige a La Habana avances en derechos humanos y democracia, escribió Fariñas.

El hecho de que La Habana no le autorizara a viajar a Estrasburgo es el «testimonio más fehaciente de que por infortunio nada ha cambiado en el sistema autocrático de mi paí­s», lamentó Fariñas en el discurso fechado del martes en Santa Clara, la ciudad donde reside, al este de La Habana.

El opositor pidió a los eurodiputados «no ceder ante las pretensiones» del gobierno cubano a menos que éste libere a todos los presos polí­ticos y se respeten los derechos humanos en la isla.

Pese a todo, Buzek, quien fue opositor del antiguo régimen comunista en su propio paí­s, Polonia, afirmó que «algo cambia muy lentamente en Cuba», recordando que las autoridades iniciaron un proceso de liberación de decenas de disidentes gracias a la mediación de la Iglesia católica.

La historia de Polonia permite alimentar un cierto «optimismo» en cuanto a la evolución en Cuba, dijo Buzek en rueda de prensa.

La entrega del premio a Fariñas se produce en momentos en que Ashton prepara un informe que prevé presentar en enero a los paí­ses de la Unión Europea (UE) sobre una serie de contactos que mantiene con La Habana en vistas a una posible flexibilización de las relaciones diplomáticas.

Por ahora éstas están regidas por la Posición Común europea de 1996, repudiada por las autoridades de la isla comunista.

El gobierno socialista español, principal apoyo de La Habana en su rechazo a la Posición Común, quiso desvincular la ausencia de Fariñas en la Eurocámara de las relaciones UE-Cuba, al afirmar que son «cuestiones diferentes».

En cambio, el lí­der de los conservadores europeos en la Eurocámara, Joseph Daul, repudió la actitud «escandalosa» del gobierno cubano y pidió «a la diplomacia europea que saque las lecciones oportunas».

Por ahora, Ashton se limitó a mostrar su «decepción» por la ausencia de Fariñas.

Esta es la tercera vez que la Eurocámara concede el premio Sajarov a la disidencia cubana.

Después de Oswaldo Payá en 2002, laureó tres años más tarde a las Damas de Blanco, esposas de presos polí­ticos cubanos. Estas últimas tampoco pudieron viajar a Estrasburgo, a falta de la autorización para salir de Cuba.

La entrega del Sajarov, dotado de 50.000 euros, tuvo lugar cinco dí­as después de la ceremonia del Nobel de la Paz, concedido al disidente chino Liu Xiaobo, quien purga una pena de 11 años de cárcel y también estuvo representado simbólicamente en el acto por una silla vací­a, al no poder viajar a Oslo.