Las FARC, la guerrilla más antigua de Latinoamérica, conmemoró el jueves el primer aniversario de la muerte de su fundador, Manuel Marulanda (Tirofijo), y lo hizo diezmada y con menor respaldo internacional pero, según analistas, lejos de desaparecer.
Según esa guerrilla, a través de comunicados publicados en su página de Internet, la muerte de Marulanda -que tenía entonces 80 años de edad-, sucedió el 26 de marzo de 2008 «ocasionada por una insuficiencia cardíaca y en brazos de su compañera».
En un comunicado publicado este jueves en su página de Internet (www.farc-ejercitodelpueblo.org), los rebeldes aseguraron que la muerte de Marulanda no afectó la estructura ni los propósitos de esa organización rebelde.
«Estamos unidos, cohesionados actuando sobre lo ya elaborado que es nuestra línea política militar la vamos actualizando a la luz del Marxismo leninismo de acuerdo a la realidad Colombiana», señala un aparte del pronunciamiento emitido por el secretariado del estado mayor central, la cúpula de las FARC.
Sin embargo, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, afirmó en una conferencia de prensa en Bogotá que las FARC están «cada vez más débiles», y que por ello «están comportandose como fieras acorraladas».
«Abandonaron la guerra de guerrillas y se dedicaron al terrorismo», agregó, tras asegurar que en lo que va de este año 713 guerrilleros de las FARC se han desmovilizado, 561 han sido capturados y 129 abatidos.
Este jueves, la televisión multiestatal Telesur, con sede en Caracas, transmitió imágenes inéditas del funeral de Tirofijo, dentro de un reportaje que muestra a guerrilleras emocionadas ante el cadáver, al que acarician el rostro sin poder contener las lágrimas.
El reportaje incluye imágenes de hombres haciendo el saludo militar por última vez al líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), dentro de una sencilla habitación de madera y a rebeldes transportando el féretro por la selva.
Conocido como «el guerrillero más viejo del mundo», su muerte coincidió con una serie de duros golpes sufridos por esa guerrilla como el ataque del Ejército colombiano a un campamento rebelde en Ecuador, donde fue abatido Raúl Reyes, su número dos.
También, la deserción de emblemáticos jefes a cambio de recompensas y el rescate -a través de engaño, según el Ejército colombiano o de soborno a los captores, según las FARC- de sus más cotizados rehenes para un canje: la política Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y militares y policías.
Esta semana, como previó hace una semana el director de la policía, general Oscar Naranjo, las FARC atacaron apartadas poblaciones colombianas que dejan una decena de policías y militares muertos y una veintena de heridos, para conmemorar el aniversario de la muerte de su líder.
«Marulanda es un personaje emblemático de la historia política de Colombia. Por un lado, es símbolo de la rebeldía campesina y el descontento popular pero también evidencia los atropellos y delitos cometidos por su grupo bajo la premisa de tomarse el poder», aseguró el analista ílvaro Villarraga.
Villarraga, director de la fundación Cultura Democrática y ex dirigente de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL), opina que a un año de la muerte de Tirofijo las FARC «están debilitadas pero no han sufrido una derrota estratégica que las coloque en una fase próxima a su final».
Un análisis del Instituto de Estudios Geoestratégicos de la universidad Nueva Granada de Bogotá asegura que «la era post-Marulanda ha traído consigo unas FARC mucho más peligrosas, toda vez que los cabecillas buscan asegurar su reconocimiento y su legitimación con base al cumplimiento de las directrices y cursos de acción previstos por él».
Ron, tabaco y café elaborados por la guerrilla colombiana de las FARC fueron presentados este jueves en Caracas durante un acto conmemorativo del primer año de la muerte del fundador de ese grupo, Manuel Marulanda, alias Tirofijo.
Los productos, etiquetados bajo el nombre «Marquetalia 1964», en alusión al poblado donde nació el grupo marxista hace 45 años, fueron puestos en venta en la plaza «Manuel Marulanda», donde hace seis meses fue inaugurado un busto del jefe rebelde y que concentró el homenaje este jueves.
«Todo lo hacen los guerrilleros de las FARC en las montañas de Colombia. Quieren vender estos productos para solidarizarse con sus presos en cárceles colombianas y del imperio norteamericano», declaró a la AFP el responsable de la venta, Daniel Martínez.
«Con los recursos que obtienen les llevan jabón, ropa y medicinas a los prisioneros», añadió Martínez, de acento caribeño, barba espesa y que afirma ser de nacionalidad «latinoamericana».
El ron indica en su etiqueta tener cuatro años de añejamiento y ser elaborado artesanalmente «con la mejor caña cultivada por los guerrilleros del Bloque Martín Caballero», mientras que los tabacos llevan en sus empaques, plásticos o de madera, el lema «el humo de la insurrección».
Cada botella fue vendida por 25 dólares, y junto con los tabacos y el café «ciento por ciento colombiano», éstos a diez dólares el empaque, desaparecieron en cuestión de minutos en manos de manifestantes y curiosos.
El evento, con aire festivo, también sirvió para comercializar discos compactos con música alusiva a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con ritmos como merengue y vallenato, que pusieron a bailar a algunos espontáneos en el barrio 23 de Enero, feudo tradicional de la izquierda venezolana.
La jornada fue organizada por la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) y movimientos sociales, e incluyó una marcha de unas 300 personas, en su mayoría militantes del Partido Comunista de Venezuela, entre la Plaza de Bolívar, en el centro histórico, y la plaza «Manuel Marulanda».
Durante el acto, los participantes lanzaron vivas y ondearon banderas rojas con la imagen del guerrillero, cuyo verdadero nombre era Pedro Antonio Marín y murió a los 80 años por un fallo cardiaco el 26 de marzo de 2008, según informaron las FARC dos meses después.
«Manuel representa la resistencia heroica del pueblo colombiano frente a los regímenes fascistas que han gobernado tras la muerte de (el caudillo liberal) Jorge Eliécer Gaitán (en 1948)», dijo a la AFP Carlos Casanueva, secretario general de la sección venezolana de la CCB.
Casanueva fue enfático en aclarar que el homenaje «no involucra ni al Estado ni al gobierno del presidente comandante Hugo Chávez», al que Colombia pidió hace un año aclarar su postura frente a la mayor guerrilla del país cuando fue instalado el busto de Marulanda.
La CCB, de la que «Tirofijo» fue «presidente honorario», nació hace cinco año y se presenta como una plataforma latinoamericana antiimperialista.
El acto fue criticado por el alcalde mayor de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, señalando que «lo que hizo Marulanda en vida fue promover una guerra que causó estragos no solamente en Colombia, sino que tuvo alcances continentales y a esos sacudones no escapó Venezuela».