El fantasma de la crisis asiática sobrevolaba el martes la reunión de la OPEP, dividida sobre un alza de la producción de 500.000 barriles diarios impulsada por Arabia Saudí para enfriar los precios, que rozan los 80 dólares el barril.
«Estamos preocupados por los mercados financieros», declaró a periodistas el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Abdulá el Badri, minutos antes del inicio de la reunión ministerial del cartel en su sede de Viena.
Los ministros de Energía de Venezuela y de Argelia también expresaron temor a un aumento de la oferta de crudo en momentos en que la demanda puede derrumbarse por una desaceleración económica mundial generada por la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos («subprime»).
«La OPEP tiene que estar pendiente de la situación financiera en los mercados norteamericanos para poder evaluar», estimó Rafael Ramírez, ministro de Energía y Petróleo venezolano, quien insiste en que es necesario mantener la producción oficial en 25,8 millones de barriles diarios al menos hasta diciembre.
«Necesitamos esperar. Aún tenemos una reunión en la cumbre (de líderes de la OPEP en noviembre en Riad) y una reunión extraordinaria en diciembre (en Abu Dhabi) donde podríamos adoptar la decisión correcta, y no la decisión errónea como lo que sucedió en Yakarta antes, donde tuvimos la misma situación y tomamos la decisión incorrecta», explicó el ministro de Energía argelino, Chakhib Jelil.
A inicios de 1997, justo antes de la crisis asiática, la OPEP decidió en Yakarta aumentar un 10% su producción. En 1999, el barril había caído un 50%, de 20 a 10 dólares.
Sin embargo, una fuente de un país del Golfo dijo el martes a la AFP que «la propuesta que se discute es que Arabia Saudí aumente su producción en 350.000 barriles diarios y el resto de cartel en 150.000 más».
El ministro kuwaití interino de Petróleo, Mohamed Abdulá al Aleem, cuya posición es cercana a la saudita, estimó el martes que «todavía podemos lograr algo», en referencia a un alza de la producción.
Venezuela, uno de los «duros» de la OPEP junto a Irán, tampoco cerró del todo la puerta a la posibilidad de ceder ante la presión saudita, al igual que Qatar.
«Todo está planteado, pero no hemos escuchado que haya un consenso», dijo Ramírez durante una pausa en la reunión.
«Vamos a discutir todas las opciones», incluidas un alza de la producción, sostuvo el ministro de Petróleo qatarí, Abdulá bin Hamad al Attiyah. Una hora y media más tarde, se limitó a señalar que todavía «no hay consenso».
«Los sauditas están hablando de un alza de 500.000 barriles diarios, quizás más, estimó Paul Tossetti, analista de PFC Energy, una consultora especializada con sede en Washington.
Si Arabia Saudí, el mayor productor mundial de oro negro y líder de facto de la OPEP, «realmente quiere una subida, todos estarán de acuerdo», añadió.
El ministro saudí de Petróleo, Ali al Naimi, guarda un estricto silencio desde su llegada a Viena el viernes pasado, pero siente una creciente presión de los grandes países industrializados consumidores de crudo para aumentar la producción.
El precio del barril registró el lunes en Nueva York un nuevo máximo desde inicios de agosto y se ubicó a pocos centavos de su récord absoluto de 78,77 dólares registrado el 1 de agosto. La cotización se hallaba estable el martes a las 11H30 GMT.