La familia del derrocado presidente egipcio atacó hoy al Ejército y lo acusó de secuestrar a Mohamed Morsi, quien ha estado detenido en régimen de incomunicación en un lugar desconocido durante casi tres semanas.
Durante una conferencia de prensa en El Cairo, la familia de Morsi denunció el paradero desconocido del primer presidente egipcio elegido libremente.
Morsi no ha sido visto y no se sabe que haya tenido contacto alguno con abogados, familiares o partidarios desde que el Ejército lo depuso el 3 de julio, después de protestas masivas en todo el país exigiendo su destitución.
La Hermandad Musulmana, a la que pertenece Morsi, ha realizado protestas diarias para exigir la restitución del Presidente islamista. Hoy hubo enfrentamientos entre los partidarios de Morsi y sus opositores cerca de la plaza Tahrir de El Cairo y en la ciudad de Qalioub, en las afueras de la capital, donde al menos una persona fue muerta a tiros, dijeron funcionarios de seguridad.
Desde su destitución, Morsi se ha convertido en un arma para ambas partes. El nuevo gobierno respaldado por los militares ha utilizado a Morsi para presionar a su Hermandad Musulmana, y ha iniciado investigaciones penales sin llegar a presentar cargos en su contra. Los funcionarios del gobierno se han limitado a decir que Morsi está a salvo, bien atendido y que se encuentra detenido para su propia protección.
Por su parte la Hermandad ha intentado reunir apoyo argumentando que la detención de Morsi demuestra que el golpe militar está llevando al país a una dictadura, al tiempo que intenta ampliar las protestas callejeras para exigir su restitución como presidente.
El lunes los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea pidieron la liberación de Morsi y de «todos los presos políticos». Estados Unidos también ha pedido la liberación de Morsi. Al menos otras cinco figuras de la Hermandad Musulmana se encuentran detenidas.
Uno de los hijos de Morsi, Osama, describió la detención de su padre como «la encarnación del secuestro de la voluntad popular y de toda una nación», y dijo que la familia va a «tomar todas las medidas legales» para poner fin a su detención.
«Lo que sucedió es un delito de secuestro», dijo Osama, que es abogado. «No puedo encontrar los medios legales para tener acceso a él».
Dijo que la familia se reunió con Morsi por última vez el 3 de julio, poco antes de que el jefe del Ejército, Abdel-Fatá el-Sisi, anunciara la destitución del Presidente. Desde entonces, no han tenido contacto con él.