Falta un candidato blanco y un fuerte huracán


Juan José Arévalo nunca encontró un adversario de su talla.

Vladimir Sandoval, vladimirsandoval@yahho.com

í‰l fue un hombre de mundo con vastas lecturas y viajes, diplomático sofisticado, polí­tico hábil; un hombre con amistades y admiradores, un polí­tico realista dispuesto a la negociación, pero incapaz de vender su integridad, sus ideas o su paí­s.

John H. Coastsworth

Universidad de Harvard

En Guatemala hace falta con urgencia un candidato blanco, no en el sentido racial, sino en el sentido de transparencia y popularidad, no hay liderazgos que generen entusiasmo, vemos muchos candidatos, pero sin la talla humanista que requiere la nación, hace falta un candidato que entusiasme, un filósofo, un poeta que le ponga pimienta a toda esta contienda, un hombre que al igual que Juan José Arévalo, tenga un amor a la patria y desee sacarla del estancamiento donde está, un hombre que provoque un fuerte huracán en la sociedad, un candidato de consenso que arrase las elecciones, y llegue a efectuar cambios profundos que nos viabilicen como paí­s. En mi opinión es mejor que esta persona no sea polí­tico, sea un humanista, un poeta-filósofo, un hombre a carta cabal que tenga el coraje de hacer los cambios en beneficio de los sectores más marginados de la sociedad. Pero un hombre de esa talla tiene que estar sustentado de un frente unido de las fuerzas polí­ticas más progresistas del paí­s, en mi opinión deberí­a de hacerse una alianza de izquierda y centro izquierda que viabilicen ese gran cambio que necesita nuestro paí­s. Esto es urgente, ya que llevamos 55 años de regí­menes impopulares que no han hecho mayores cambios y se han conformado con seguir la misma rutina que no nos ha llevado a ninguna parte y se han agravado los problemas.

En la actualidad en la contienda electoral no hay un candidato de esta talla, podrí­a también ser una mujer la candidata blanca, pero que se aglutinen varias fuerzas alrededor de este personaje y que le den sustento real para que sea una carta ganadora y tenga legitimidad para hacer los cambios profundos que requiere nuestro paí­s.

En Latinoamérica se vislumbran cambios profundos, recordemos la fábula del tiburón y las sardinas, somos todos sardinas, pero si nos unimos podemos defendernos del gran tiburón y crear como decí­a Simón Bolí­var la gran Unión Latinoamericana que vendrí­a a hacer un gran bloque con mayor poder de negociación y respeto.

Insto a las diferentes instancias sociales y polí­ticas a meditar esta gran configuración de fuerzas polí­ticas progresistas, para como dijo muy bien Otto René Castillo: «vamos patria a caminar» y a consolidar un nuevo amanecer en esta bella tierra que no es mala sino maya.