Falta de planificación, estrategia y coordinación


La falta de planificación, de estrategia y coordinación, fueron algunos factores que influyeron en el operativo fallido por parte del Ministerio de Gobernación (Mingob) y de la Policí­a Nacional Civil (PNC), para sobrellevar una situación de ayer, en la zona 9, la cual concluyó con el rescate de nueve personas, pero también con la fuga de un grupo de delincuentes que podrí­an cometer más delitos.

Redacción La Hora
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Todo inició a las 08:00 horas, cuando un grupo de delincuentes, minutos antes se habrí­an enfrentado a balazos con miembros de la seguridad privada de la empresa de diseño gráfico, ubicada en la 4ª. avenida y 13 calle de la zona 9.

Los casquillos de bala de 9 milí­metros fueron la evidencia hallada dentro y fuera del inmueble. El hecho sucedió cuando miembros del Mingob y de la PNC no llegaban al lugar.

¿Qué sucedió? ¿Los delincuentes huyeron antes de que la Policí­a llegara? ¿Tiene la seguridad privada potestad para enfrentarse a balazos, exponiendo la vida de otras personas? Estas son algunas de las interrogantes que han surgido tras lo sucedido.

Lo cierto del caso es que, a las 08:35 horas, miembros de las unidades especiales de seguridad cercaron el área con al menos 50 efectivos de la Unidad Antisecuestros del Mingob, del Grupo de Acción Rápida (GAR), de las Fuerzas Especiales Policiales (FEP) y de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC).

En un inicio las fuerzas policiales creyeron que era un secuestro; sin embargo, poco después se conoció que se trataba de un asalto perpetrado por un grupo de atracadores que saquea viviendas en ese sector.

La supuesta mediación con los delincuentes estuvo a cargo del comisario Jaime Otzí­n, quien a través de un megáfono solicitaba a los malhechores que respetaran la vida de los empleados de la empresa, para que de la misma forma fuera respetada la vida de ellos.

Tras el tiempo de comunicación unilateral mediante megáfono, a las 09:57 horas los miembros de las fuerzas de seguridad ingresaron al inmueble. A las 10:01 horas son rescatadas las primeras ví­ctimas. Los delincuentes ya habí­an huido, con algunos bienes materiales sustraí­dos.

ACCIí“N FALLIDA

¿Qué sucedió con las fuerzas de seguridad? ¿Cómo se escapa un grupo pequeño de delincuentes, cuando habí­a un fuerte contingente de policí­as de diferentes especialidades? ¿Qué habrí­a sucedido si los maleantes permanecí­an en el lugar y atacan a las ví­ctimas? ¿Estaba preparada la Policí­a para enfrentarse sin lastimar a nadie?

Otto Pérez Molina, lí­der del Partido Patriota (PP), afirma que la poca coordinación y planificación de las unidades especiales y la escasa tecnologí­a para comunicarse, fueron dos factores que facilitaron la huida de los delincuentes.

«El grado de preparación, entrenamiento, coordinación e inteligencia, pone en evidencia la incapacidad de la Policí­a Nacional Civil», indica.

Según Pérez Molina, el despliegue policial logró crear un escándalo, que al mismo tiempo trajo temor para la gente y que al final concluyó sin resultados.

Por otro lado, un experto en seguridad que pide no ser citado, indica que es preocupante la falta de preparación y estrategias de seguridad por parte de las fuerzas policiales, quien indica que hubiera sido una tragedia si los delincuentes se encontraran en el lugar. De acuerdo con el experto, ninguno de los participantes en el operativo tení­a una posición correcta para manejar una situación de rehén, algunos no tení­an el arma apoyada correctamente, pues tení­an el dedo en el disparador de armas AK-47, con la culata replegada, lo que convierte ese tipo de arma en muy poco controlable para tiro de precisión.

Según indica, la capacidad de fuego es lo último a considerar porque la prioridad la tiene la «precisión». Los fusiles AK 47 no sirven para ello, indica, en todo caso el Tavor, si se hubiera decidido ingresar a las oficinas en un «asalto operativo».

A decir del entrevistado, un grupo de reacción operativa se mide por su carácter de choque y efecto del fuego sobre situaciones extremas de confrontación, pero no incluye rehenes, indica.

«Un francotirador durante su entrenamiento puede ser que haga dos disparos -en una semana-, lo que se trabaja es su respiración, pulso relajado en las manos, control visual por medios de relajación para evitar parpadeo y distracción», afirma.

El experto señala que en un procedimiento de este tipo se debe realizar un «mapeo» de cualquier ruta de escape, para establecer los candados o bloqueos a tres o cuatro cuadras del lugar. Es importante colocar tres motos, como mí­nimo, por ruta con agentes encubiertos, indica.

«Si es necesario levantar el bloqueo como parte de lo negociado, se puede mantener un control a distancia de la ruta a seguir por el vehí­culo o vehí­culos de escape», dice.

DIRECCIí“N

Mario Mérida, analista en seguridad, indica que la falta de dirección del operativo de ayer fue uno de los aspectos que deben considerarse para una situación próxima, pues habí­a un nutrido grupo de efectivos policiales, que parecí­an no tener la dirección de nadie.

Según Mérida, sin embargo, es necesario destacar la pronta acción policial, que si hubiera sido mejor coordinada habrí­a tenido resultados positivos.

El experto indica que cuando se suscitan estos hechos, la cantidad de personas que participarán en el despliegue es importante, pero es necesario que a cada uno se le asigne una tarea, además, que todos se identifiquen de la misma forma, porque en el caso de ayer, parecí­a que fuera parte de una empresa de seguridad privada, sin identificarse con su instructor. El Coronel retirado dice que, en estos casos, es necesario planificar la estrategia, empezando con la identificación de la situación, para poder dilucidar si se trata de una toma de rehenes, un asalto o un robo, para conducir de mejor manera el operativo.

Otro aspecto importante, según el entrevistado, es el «aislamiento del área», pues ayer se logró observar la presencia de periodistas y civiles alrededor de lo que acontecí­a, lo cual pudo terminar con un trágico incidente. De acuerdo con Mérida, si los delincuentes hubieran salido con un rehén, es seguro que se originara una balacera, que habrí­a causado la muerte de por lo menos diez miembros de la Policí­a, de comunicadores y de otras personas, tomando en cuenta que la ví­ctima habrí­a sufrido la misma suerte.

El experto concluye en que la planificación y la conducción de estas acciones deben ser consideradas para un problema similar, la identificación de la situación y la coordinación con las personas especializadas en cada área deben ser aspectos a tomarse en cuenta.

Cercar el área es otra de las conclusiones, ya que quizá, los delincuentes no se habrí­an fugado si se hubieran tomado las medidas pertinentes para evitar esta huida, pero al mismo tiempo, el respeto por la vida de las personas que se hallaban dentro del inmueble donde se suscitó el hecho de violencia.

CAPACITACIí“N SIN RESPUESTA


Analistas consultados destacan la importancia de capacitar a la Policí­a a través de organismos internacionales u otros, para llevar a cabo acciones más certeras y evitar hechos similares a los de ayer.

Este vespertino intentó comunicarse con el ministro de Gobernación, Carlos Menocal y el viceministro, Sergio Mendizábal, para conocer si está previsto solicitar ayuda en este tema, sin embargo, el primero no contestó su celular y en el caso de Mendizábal, su asistente indicó que se encontraba en una reunión de trabajo y que habrí­a que esperar a que se desocupara.