Eduard Shevardnadze, un canciller progresista de la Unión Soviética y más tarde presidente de una Georgia independiente, falleció hoy, dijo su portavoz. Tenía 86 años de edad.
Marina Davitashvili expresó que Shevardnadze murió luego de una larga enfermedad. No precisó dónde estaba cuando falleció.
Shevardnadze llegó heroicamente al escenario internacional en los últimos días del imperio soviético, ayudando a derribar el Muro de Berlín y poner fin a la Guerra Fría. Pero como líder de la Georgia postsoviética su carrera pública terminó en humillación y fue sacado de su Parlamento y forzado a retirarse.
Como canciller soviético, el hombre canoso, de voz profunda, fue el rostro diplomático de las políticas de liberalización de Mijaíl Gorbachov. Shevardnadze impresionó a los líderes occidentales con su carisma, su ingenio y su dedicación al curso reformista trazado por Gorbachov.
«Él hizo una gran contribución a las políticas exteriores de la perestroika y fue un defensor verdadero de nuevas ideas en los asuntos globales», le informó Gorbachov a Interfax hoy.
«Su nombramiento como canciller fue inesperado para mucha gente, pero él condujo capazmente los asuntos en ese puesto y por ello fue valorado por diplomáticos, sus colegas en el trabajo y socios extranjeros».
Shevardnadze ayudó a iniciar la retirada de tropas soviéticas de Afganistán en 1989, firmó históricos tratados de control de armas y ayudó a negociar la reunificación alemana en 1990 — algo que los líderes soviéticos habían temido y rechazado durante años.
Su esposa, Nanuli, falleció en el 2004. La pareja tuvo una hija y un hijo.