Falleció Alain Robbe-Grillet


El escritor Alain Robbe-Grillet, considerado el «Papa de la nueva novela», falleció hoy a los 85 años, informó la Academia Francesa.

Agencias y sitios de Internet, lahora@lahora.com.gt

Robbe-Grillet murió en el Centro Hospitalario Universitario de Caen (norte francés), donde habí­a sido ingresado durante el fin de semana a causa de una dolencia cardí­aca, explicó por su parte la dirección del Instituto para la Memoria de la Edición Contemporánea (IMEC).

Nacido el 18 de agosto de 1922, dejó un legado de decenas de obras, entre ellas «Las gomas» (1953).

Escritor y cineasta, Robbe-Grillet fue en los años 50 y 60 una figura clave de la «nueva novela».

Pese a ser elegido el 17 de marzo de 2005 miembro de la Academia Francesa, nunca ocupó su asiento.

Vida y obra

Alain Robbe Grillet es fundador y principal teórico del movimiento nouveau roman (nueva novela), movimiento literario de finales de los años cincuenta que tuvo pocas pero memorables consecuencias cinematográficas.

Nació en Brest, en una familia de ingenieros y cientí­ficos. Ingeniero agrónomo, dejó su profesión para dedicarse a la literatura. Tras ejercer su profesión en Marruecos, las Antillas y la Guinea francesa, se dio a conocer como novelista en 1953 con «La doble muerte del profesor Dupont». Ya instalado en el Parí­s de Boris Vian y las canciones de Leo Ferré, publicó «El mirón», primera de sus muchas obras maestras.

Su literatura, puramente objetiva, en la que el autor no interviene con comentario alguno sobre los personajes o la situación, es fiel reflejo del nouveau roman o antinovela de la década de los años cincuenta, movimiento liderado por él mismo. Sus teorí­as se esbozan en «Por una nueva novela» (1963). Robbe-Grillet concibe el mundo como si el narrador fuera un cineasta que se limita a captar imágenes. En sus obras aparecen a menudo situaciones surrealistas e inconsistentes que nunca son explicadas.

Entre sus novelas cabe destacar «Las gomas» (1953), «El mirón» (1955), «En el laberinto» (1959) y «Topologí­a de una ciudad fantasma» (1976) y «Reanudación» (2003). Robbe-Grillet escribió también el guión para la pelí­cula de Alain Resnais «El año pasado en Marienbad» (1961) y dirigió varias cintas, entre las que destaca «La inmortal» (1963), «El hombre que miente» (1968) y «La bella cautiva» (1983). La edición 2006 de la Mostra Internacional de Cine de Venecia le ha invitado para que estrene su í¹ltima pelí­cula «C»est Gradiva qui vous appelle», estelarizada por Arielle Dombasle. El conjunto de su obra mereció el Premio de la Fundación Del Ducca en 1956. Fue elegido miembro de la Academia Francesa de la Lengua el 25 de marzo del 2004.

Nouveau roman


El movimiento literario del Nouveau roman (que significa en francés «novela nueva») está formado por una serie variable de escritores (según el crí­tico que haga la reseña). En cualquier caso, se suele incluir siempre a Alain Robbe-Grillet, a quien se considera fundador y primer teórico del movimiento, como autor del manifiesto. Por una nueva novela («Pour un nouveau roman»), Michel Butor, con su más conocida novela, La modificación, Nathalie Sarraute y el Premio Nobel de Literatura en 1985, Claude Simon.

En otras ocasiones, se incluye también a Marguerite Duras, Claude Ollier, Robert Pinget, Jean Ricardou o Hélí¨ne Bessette.

La expresión fue acuñada en un artí­culo del diario francés Le Monde en el que el crí­tico í‰mile Henriot hací­a una referencia a la cuarta de las novelas de Robbe-Grillet, La celosí­a y a Tropismos de Sarraute, el 22 de mayo de 1957.

Sin embargo, bajo este término se ha reunido de modo no siempre muy claro a distintos autores que tení­an como caracterí­stica principal común su planteamiento novedoso en cuanto a la forma de narrar, pero que también han evolucionado cada uno de ellos de forma muy distinta.

Una caracterí­stica generalizada en estos autores es el cuestionamiento de la novela tradicional decimonónica. Según ellos no tiene ya sentido escribir novelas al modo de Balzac, con unos personajes, una trama, un inicio, un desarrollo y un desenlace. Se sienten en cambio más cercanos a la literatura más introspectiva de Stendhal o Flaubert. No se admite la descripción de los caracteres, que según ellos está mediatizada por los prejuicios ideológicos, sino la exploración de los flujos de conciencia. En ellos, la influencia de autores extranjeros como Virginia Woolf o Kafka o franceses como Sartre o Camus es evidente.