El pintor y escultor catalán Antoni Tàpies, considerado uno de los referentes de la vanguardia española y premio Príncipe de Asturias, falleció ayer. Tenía 88 años.
Tàpies murió en Barcelona, informó el gobierno regional de Cataluña. Su salud estaba muy debilitada desde el 2007.
El artista fue uno de los representantes del arte abstracto y la vanguardia española de la segunda mitad del siglo XX. Su obra se expuso en museos de todo el mundo, desde el Reina Sofía de Madrid al MoMa de Nueva York.
Su formación fue autodidacta en un principio. Tàpies creó pinturas de gran tamaño y usó materiales de deshecho para algunas de sus creaciones pictóricas y escultóricas.
Las cruces y equis son características de su obra, así como las «T» mayúsculas por su apellido y el número cuatro arábigo, por los cuatro elementos y puntos cardinales.
De entre sus creaciones más importantes destacan «Gran pintura gris», «Huella de silla» y su famoso «Calcetín» de 18 metros de largo.
Desde 1990, la fundación que lleva su nombre, con sede en Barcelona, acoge exposiciones, realiza investigación y promueve el estudio sobre el arte contemporáneo.
En su última etapa, también aceptó encargos institucionales, entre ellos el cartel de centenario del Fútbol Club Barcelona en 1999.
Tàpies recibió el Príncipe de Asturias de las Artes en 1990 y el Premio Velázquez —considerado el Cervantes de las artes— en el 2003, entre otros galardones.