El poeta martiniqués Aimé Césaire falleció ayer a los 94 años, una muerte llorada en Francia, que organizó un funeral nacional el próximo domingo en honor del padre de la «negritud», cuyo combate contra la esclavitud halló eco desde ífrica a Estados Unidos.
Figura emblemática de las Antillas francesas, Césaire había ingresado el 9 de abril en un hospital de Fort-de-France, donde falleció.
Las exequias tendrán lugar en la isla natal del poeta, al término de tres días de homenajes, anunció el Partido popular martiniqués, fundado por Césaire.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, asistirá al entierro del poeta, indicó el Elíseo.
Sarkozy rindió tributo a Césaire, un «símbolo de esperanza para los pueblos oprimidos», a quien conoció personalmente en marzo de 2006.
La Asamblea Nacional francesa tenía previsto mantener un minuto de silencio en memoria de aquél que fue, también, el diputado que batió récords de longevidad parlamentaria, de 1945 a 1993.
Nacido en 1913 en Basse-Pointe (Martinica) en el seno de una familia modesta, Césaire creció rodeado de la miseria de la población rural de una isla profundamente marcada por dos siglos de esclavitud, que por entonces tenía el estatuto de colonia.
Estudiante en París en los años 30, forjó con el senegalés Léopold Sédar Senghor y el guayanés Léon-Gontran Damas el concepto de «negritud», la consciencia de la identidad negra y el «orgullo de ser negro».
La negritud se desbordó rápidamente de los círculos intelectuales franceses para extenderse por los países colonizados de ífrica, el Caribe, y entre los militantes negros estadounidenses en lucha por los derechos cívicos.
Su mensaje pasó entonces a tener carácter universal, reflejado en su «Discurso sobre el colonialismo» de 1950.
Las ceremonias póstumas en honor al poeta se prolongarán durante tres días, según fuentes cercanas a la alcaldía de Fort-de-France. Está previsto un homenaje de la población, que lo llamaba afectuosamente «papá Cesaire» en un estadio de la ciudad, antes del funeral nacional, en el que participarán presumiblemente numerosas personalidades políticas e intelectuales.
Las autoridades locales prevén que el cortejo que transportará los restos de Césaire circule por varios barrios de la ciudad, de la que fue alcalde durante 56 años (1945-2001).
El autor de «Cahier d»un retour au pays natal» consagró su vida a la literatura y la política, en los que plasmó todos sus combates contra el colonialismo y el racismo.
Tras el anuncio de su muerte, las cadenas de televisión locales interrumpieron sus programas para difundir música clásica o imágenes del poeta.
Padre de la negritud, el concepto que reivindica la identidad negra y su cultura, el martiniqués Aimé Césaire, quien murió a los 94 años de edad, consagró su larga vida a la poesía y la política.
Defensor del mundo negro y de su revuelta contra el colonizador, se definía «fundamentalmente poeta, pero poeta comprometido» y «negro, negro, desde el fondo del cielo inmemorial».
Poeta de celebridad universal, Césaire escribió una obra vehemente y reivindicativa, a veces cercana al surrealismo.
Alcalde de Fort-de-France, la capital de Martinica, desde 1945 (cuando sólo tenía 32 años) hasta 2001, diputado de 1946 a 1993 y presidente del Consejo Regional de Martinica, abandonó la presidencia del Partido Progresista Martiniqués (PPM) en 2005.
La exuberancia de su escritura contrastaba con su estricto estilo personal, siempre con un serio traje de chaqueta y grandes gafas de carey. Sus detractores ironizaban con sus maneras «a la antigua» pero todo el mundo le respetaba.
Nacido en Basse-Pointe el 25 de junio de 1913, fue un niño superdotado a quienes sus profesores del instituto de enseñanza media Schoelcher de Fort-de-France animaron a proseguir sus estudios.
En 1931 se trasladó a París para proseguir sus estudios, y conoció allí a Léopold Sedar Senghor, el futuro presidente de Senegal.
En 1932, creó la revista L»Etudiant noir (El estudiante negro) en la que, por vez primera, escritores negros rechazaron los modelos literarios tradicionales.
En 1939 entró de manera rotunda en el mundo de la poesía con «Cuaderno de un retorno al país natal» en el que empleó por primera vez el término «negritud», que definió como «la conciencia de ser negro, simple reconocimiento de un hecho que implica aceptación, tomar conciencia de su destino de negro, de su historia y de su cultura».
Senghor afirmaba que fue Césaire el inventor de esa palabra pero el poeta prefería hablar de «creación colectiva».
«Maneja el idioma francés como ningún blanco podría manejarla hoy en día», dijo de él en 1941 el poeta surrealista André Breton.
Césaire conjugó su compromiso literario con el político. En 1957 fundó el PPM, un año después de haber dimitido del Partido Comunista Francés, al que había adherido después de la Segunda Guerra Mundial.
Infatigable defensor de la autonomía de Martinica, participó en todos los combates contra el colonialismo y contra el racismo.
«Soy un escritor comprometido, aunque no me gusta esa palabra (…). Un intelectual antillano no puede retirarse bajo su carpa: el combate por la dignidad y la libertad es un combate cotidiano», dijo en 1982.
Ganó el Gran Premio Nacional de Poesía en 1982 y el de los poetas de la Sociedad General de Autores y Editores Franceses (SACEM) en 1995.
Escribió obras de teatro como «La Tragédie du roi Christophe» («La tragedia del rey Christophe», 1963, sobre la descolonización) o «Une saison au Congo» («Una temporada en el Congo», 1966, sobre Patrice Lumumba).
Entre sus libros de poesía figuran «Les Armes miraculeuses» (Las armas milagrosas), «Soleil cou coupé» (Sol cuello cortado), «Corps perdu» (Cuerpos perdidos), «Ferrements» (Herrajes) y «Moi laminaire» (Yo laminar).
Fue asimismo ensayista y polemista con su «Discurso sobre el colonialismo», grito de rebelión contra Occidente, erguido sobre «el más alto montón de cadáveres de la humanidad», o su «Carta a Maurice Thorez», secretario general del Partido Comunista francés de 1931 a 1964, libro en el que explica su retiro del PC en 1956, tras la represión de la insurrección húngara por los tanques soviéticos.